El Melilla Baloncesto recuperó en la noche de ayer ante el Cáceres Patrimonio de la Humanidad el nivel de juego que espera todo el mundo del equipo, en base principalmente a la calidad que atesora la plantilla.
El partido, a priori, se presentaba de reconciliación con el público local tras los inesperados tropiezos que han alejado a los melillenses del sueño de conseguir la primera plaza de la tabla. El encuentro serviría para asegurarse casi virtualmente el segundo puesto de la clasificación, algo bastante importante para conseguir el factor cancha en los playoffs de ascenso a la ACB. Actualmente se encuentran a tres victorias de los terceros más el basket average, a cinco partidos de finalizar la fase regular.
La victoria se fraguó principalmente en el aspecto defensivo, en el que los azulinos volvieron a demostrar la entrega y sacrificio que deben exhibir regularmente si quieren aspirar a todo.
Desde el primer cuarto
Todo se decidió prácticamente en el primer cuarto, gracias al inicio fulgurante de los de Alcoba, que salieron muy concentrados en defensa y acertados en ataque.
Si hay que destacar a algún jugador del Melilla durante la primera mitad ese fue, sin duda, Josep Franch, que entró a la pista muy enchufado en ataque, tanto en la anotación como repartiendo asistencias entre sus compañeros.
La intensidad que imprimía la defensa azulina provocaba múltiples fallos en el ataque extremeño, pérdidas y finales de posesiones sin poder ejecutar ningún lanzamiento.
La única pega del primer tiempo quizá fue la rapidez con la que Edu Gatell volvió a cargarse de personales, algo que sigue siendo uno de los deberes por corregir del pívot del Decano.
El Melilla siguió intenso durante todo el primer cuarto, convencido de querer asestar el golpe definitivo que le otorgase, al menos, la segunda plaza. Así, buscaban reparar los errores infantiles del pasado, demostrando a su público que siguen siendo serios candidatos al ascenso.
Esa intensidad demostrada en pista durante el primer cuarto es la que venía pidiendo Alcoba y y la afición a sus jugadores.
De esta manera consiguieron alcanzar el principal anhelo de su técnico en partidos pasados: frenar la sangría ofensiva de sus rivales. En el primer cuarto, por ejemplo, lograron dejar al Cáceres Baloncesto en tan sólo 11 puntos de anotación (25-11 se llegó al final del primer período).
En el siguiente parcial la diferencia se mantuvo, cimentándose el juego melillense en la continuación de esa presión defensiva. Se llegó a tener 18 puntos de ventaja a falta de 2 minutos, en parte por la buena aportación ofensiva de Pablo Almazán en este cuarto, pero el Cáceres anotó un par de triples que recortaron la diferencia a trece (44-31) al llegar a la mitad del tiempo reglamentario.
Marco, frenado
Una de las claves de la victoria fue haber frenado a la estrella de su equipo, José Antonio Marco. Por el base murciano, ex jugador del Melilla, pasa gran parte del juego cacereño, y ayer tan sólo pudo anotar tres puntos y repartir cuatro asistencias en el Javier Imbroda.
El tercer cuarto empezó con imprecisiones por parte del Melilla, que atría de esta manera los viejos fantasmas de aquellos nefastos terceros cuartos de anteriores encuentros, pero se difuminaron con positivas acciones individuales en ataque.
Los extremeños se lograron colocar a ocho puntos de los locales, infundiendo algo de respeto a los azulinos, especialmente por la aportación de Serrano y Jaktas, pero el Melilla se puso las pilas y cinco puntos consecutivos de Zengotitabengoa lograron colocar el 59-47 al final del tercer cuarto.
La puntilla
En el último cuarto los melillenses administraron las rentas con madurez, imprimiendo la intensidad necesaria en los momentos adecuados para escaparse en el partido cuando pudieron prever que se apretaba el marcador.
A cinco minutos del final se conseguía la mayor renta del encuentro (68-49), lograda gracias a la mejoría en el acierto ofensivo de un equipo que se veía ganador del choque. Hernández Sonseca aglutinó por entonces el ataque en una serie de ocasiones, demostrando sus galones en la pintura para mantener lejos las esperanzas dell equipo cacereño.
El Cáceres lo intento algo más pero sin resultados, pues el partido había quedado visto para sentencia en el primer período del mismo. En esta línea, este Melilla Baloncesto es capaz de todo.
ALEJANDRO ALCOBA: LOS AFICIONADOS PUEDEN IRSE SATISFECHOS A CASA
El entrenador del Baloncesto Melilla compareció ayer en rueda de prensa tras el partido disputado ante el Cáceres alegre y satisfecho por el trabajo de sus pupilos.
El técnico melillense quiso valorar positivamente el esfuerzo defensivo mostrado en la pista por su equipo como clave para esta victoria, algo en lo que se había venido trabajando esta semana en los entrenamientos.
“Tengo sensación de satisfacción ante la demostración del trabajo que se ha realizado esta semana. Hemos sidos muy serios y contínuos en el esfuerzo defensivo. Ha faltado algún punto más de lectura y acierto en el aspecto ofensivo, pero en general el equipo ha demostrado un gran nivel”, alegó Alcoba.
Reconoció que si se sigue trabajando de esta manera están en el buen camino para conseguir los objetivos marcados por la entidad, por lo que consideró que los aficionados podían irse satisfechos por el buen partido de los azulinos.
Admitió que hubo altibajos en el nivel de su equipo, pero valoró muy positivamente el resultado final del encuentro:
“Desde el primer cuarto el equipo ha salido muy enchufado, no hemos dejado al Cáceres actuar con normalidad, presionando arriba y anotando con facilidad en contrataques en transición. Hemos tenido el único problema de la defensa al poste bajo. En el segundo cuarto no me he ido tan satisfecho, hemos jugado a un intercambio de golpes. Ha sido el período en el que más pérdidas hemos cometido. Al final hemos aguantado el arreón y hemos ido con una ventaja cómoda de 13 puntos”, explicó el melillense.
A la salida del tercer cuarto hemos vuelto a salir enchufados y ya en el cuarto período, con más acierto ofensivo, hemos logrado despegarnos en el marcador. Solo espero que sigamos con esta actitud y entrega”, apostilló Alejandro Alcoba.