La Consejería de Medio Ambiente anunció que los análisis realizados desde el pasado domingo revelaron que no hubo peligro para los bañistas en ningún momento.
Después de la dos averías sufridas la semana pasada en el colector que discurre en paralelo a las playas de Melilla y que provocó un pequeño vertido de aguas negras al mar, la Consejería de Medio Ambiente ha querido tranquilizar a los ciudadanos haciendo público el resultado de los análisis que se realizaron para determinar si existía peligro para los bañistas, aunque los primeros datos apuntaron a que no había riesgo alguno, por lo que se decidió levantar la prohibición el pasado lunes.
Así, el consejero de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma, Ramón Gavilán, recalcó que las muestras recogidas el domingo, cuando se cerraron las zonas de baño, demostraron que la calidad del agua era “excelente”, es decir, que según la normativa europea, se detectaron menos de 250 escherichia coli por 250 mililitros, así como menos de 100 enterococos.
Ahondando en esta cuestión, precisó que en las zonas más afectadas se encontraron unas cantidades de bacterias muy inferiores a la dictada por esta norma, en concreto 80 escherichia coli y 90 enterococos en la playa de San Lorenzo, así como 70 y 100 respectivamente en la de Los Cárabos. De igual modo, las cantidades halladas el lunes, cuando ya se permitió el baño, eran aún menores, en concreto de 40 escherichia y 20 enterococos en San Lorenzo y de 40 y 10 en Los Cárabos.
No obstante, Gavilán recordó que la decisión de mantener las playas cerradas se debió a medidas de carácter eminentemente preventivo. “No había pruebas de que el agua estuviera contaminada, pero ante la duda decidimos actuar con cautela”, añadió el consejero.
Al hilo de su intervención, se mostró esperanzado de que este tipo de incidentes no vuelva a repetirse a lo largo del todo el verano, al tiempo que recordó que la mejor medida para evitar percances similares es la creación de una segunda tubería, cuya implantación fue prometida por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) en el año 2006, como parte del Plan Agua.
Además, señaló a los melillenses que si ondea la bandera roja en las playas de la ciudad el baño está terminantemente prohibido, aunque en apariencia no haya peligro. “Esperemos que la próxima vez que ocurra sea por temporales de viento, no por ningún tipo de avería”, apuntó Gavilán.
Por otro lado, anunció ante los medios de comunicación locales que ya se encuentra en funcionamiento la bomba que se estaba instalando en la desembocadura del Río de Oro para eliminar el agua acumulada.
Así, recalcó que la iniciativa la ha desarrollado en solitario el Gobierno de la Ciudad Autónoma, quien ha optado por ejecutar su implantación en el menor tiempo posible, pues recordó que el año pasado aparecieron malos olores, insectos y roedores a causa de la suciedad.
Estudio de Guelaya
A lo largo de la rueda de prensa que ofreció, Gavilán también se pronunció sobre el estudio de la costa melillense que realizará a partir de la semana que viene la asociación Guelaya-Ecologistas en Acción.
En este sentido, quiso recordar a sus dirigentes las mejoras efectuadas en las playas durante los últimos años, pues consideró que zonas como la del vertedero o el dique eran antes “un auténtico infierno”.
“Estudios de este tipo son positivos, pero siempre y cuando sean objetivos”, añadió el consejero de Medio Ambiente, “deben ser realizados con perspectiva y ánimo constructivo. De este modo, el examen es totalmente bienvenido”.
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