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El fútbol no hizo justicia.

Iniciativa El conjunto melillense fue el único equipo que buscó el triunfo en un partido en el que propuso mucho más que el rival Destrucción La presión del Lucena imposibilitó el juego de los locales. El fútbol es así de caprichoso y no siempre premia al equipo que mejor y más cosas propone sobre el terreno de juego para conseguir el triunfo. Ayer, la UD Melilla mereció sumar los tres puntos de un partido que no pasará a la historia por la vistosidad del juego a pesar del intento de los azulinos por construir ante un adversario que demostró tener la lección bien aprendida y que hace de la destrucción y del juego directo su principal arma.
La sobriedad defensiva que demostró la escuadra lucentina, basada en un orden riguroso, en una presión asfixiante y en una generosidad considerable en el esfuerzo a la hora de cerrar los espacios, así como la intensidad que imprimió a sus acciones, fueron argumentos suficientes para impedir que el Melilla pudiera desplegar el fútbol combinativo que suele llevar a cabo. Si a eso añadimos el dominio del 'otro' fútbol del que hizo gala el conjunto aracelitano, con continuas interrupciones y pérdidas de tiempo y la falta de acierto a la hora de definir de los azulinos, tenemos como resultado el empate con el que acabó el encuentro, que dejó muy descontentos a unos y bastante satisfechos a otros. Aunque la cosa pudo ser peor si los visitantes, ya con ventaja en el marcador, hubieran sabido aprovechar la 'pájara' por la que atravesaron los locales tras encajar el 0-1.
El choque entre azulinos y celestes (ayer de negro) resultó disputado y emocionante por la incertidumbre en el marcador. Los de Juan Moya saltaron al irregular césped del Álvarez Claro con la intención de resolver por la vía rápida y, con la pelota por montera, pronto cercaron las inmediaciones del área cordobesa. Así, a los ocho minutos de juego, una triangulación entre César Díaz, David Vázquez y Nacho Aznar acabó con disparo del melillense que se marchó a córner tras golpear en un contrario. Poco después, Jairo Álvarez se asoció con Aznar quien habilitó a Velasco pero el disparo del interior cordobés se marchó fuera.

El Melilla se estaba gustando a pesar de tener enfrente a un equipo aguerrido y expeditivo en sus acciones y como consecuencia de ello, llegó la ocasión más clara del partido. Pasado el primer cuarto de hora, Velasco se marchó de su par por banda izquierda y penetró en el área visitante hasta la línea de fondo desde donde centró al segundo palo, Limones en primera instancia despejó en corto y el rechace lo cabeceó a puerta vacía Nacho Aznar, pero, cuando nadie lo esperaba, apareció Germán para despejar el cuero sobre la misma línea de gol y evitar un tanto que ya se cantaba en la grada.
El ímpetu inicial de los azulinos fue bajando conforme pasaban los minutos y el Lucena fue encontrándose cada vez más cómodo en su faceta de destrucción. Los de Falete prácticamente no se acercaron al área melillense durante la primera mitad y llevaron la contienda a la zona ancha del campo donde los cordobeses impusieron una presión asfixiante que impidió la elaboración y la continuidad en el juego de los melillenses que no encontraban la manera de combatir el entramado defensivo montado por Falete.
Aún así, en el 38 de juego, Jairo Álvarez protagonizó una gran jugada por el flanco izquierdo. El centrocampista asturiano, tras realizar una impecable pared con César Díaz, se plantó algo escorado ante Limones al que intentó batir con un derechazo envenenado, con rosca interna y a media altura, que el espigado guardameta visitante envió a saque de esquina en una gran intervención.
Poco más dieron de sí los primeros 45 minutos de un choque en el que el Melilla debió irse al descanso con ventaja en el marcador y no con el empate a cero inicial que figuraba cuando el murciano Gabriel Lozano Reina envió a los equipos a los vestuarios.
El inicio del segundo tiempo fue un calco del primero. Nada más ponerse la pelota en juego Nacho Aznar, situado en banda izquierda, se internó en el área para servir un balón en bandeja a César Díaz que, con todo a su favor, disparó por encima del travesaño. Otra ocasión de gol que los azulinos no aprovecharon y que al final pagarían muy caro.
La UD Melilla seguía intentándolo aunque sin fortuna mientras que los de Falete comenzaron a estirar sus líneas con más intención. Así, en el 51 de partido, Munir tuvo que salir hasta la línea del área y emplearse a fondo para evitar el remate de un atacante lucentino. Más tarde, en el 66, el hispano argentino Fede se hizo con un balón en la medular y, aprovechando un desajusta del eje central de la zaga azulina, asistió en profundidad a Fernando que batió a Munir de disparo raso cuando éste iniciaba la salida. Primera llegada con peligro de los visitantes y mayor efectividad imposible.
El gol dejó noqueados por momentos a los de Juan Moya y cinco minutos después pudo llegar la sentencia para los locales. Carlos Martínez se apoderó de un mal despeje de la defensa azulina y, sólo ante Munir, envió fuera la pelota junto al palo izquierdo de la meta melillense. A renglón seguido, y en pleno desconcierto local, Amarito vio la quinta amarilla que le impedirá estar en El Palmar el próximo domingo.
Pasado esos minutos de pájara, De la Mota se inventó un pase a la espaldas de la defensa visitante que dejó en inmejorable situación a César Díaz pero el delantero unionista optó por encarar a Limones en lugar de elevarle la pelota por encima con toda la portería desguarnecida. Dos minutos más tardes, en el 77, pudo llegar la igualada cuando Domenech centró desde la derecha al corazón del área, pero el remate de Carlos David fue a parar mansamente a las manos de Limones.
Poco antes Juan Moya movió ficha dando entrada a Chota en sustitución de Nacho Aznar y a Domenech en lugar de Amarito, arriesgando en defensa con una defensa de tres. La jugada no le pudo salir mejor al preparador melillense ya que, cuando el partido agonizaba, llegó el tanto del empate. David Vázquez, más entonado que en ocasiones anteriores, abrió el juego a la banda izquierda sobre la incorporación de Andrés Sánchez quien centró al primer toque al área para que Chota, otra vez el más listo de la clase, ganara la partida a los centrales cordobeses y enviara el cuero al fondo de las mallas del portal defendido por Limones, logrando una igualada más que merecida.
El partido, que se alargó hasta el minuto 97, se abrió por momentos pero el marcador ya no volvería a moverse y el reparto de puntos sería definitivo.

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