Todo comenzó en 2017 con una idea sencilla la cual consistía en leer un libro en clase y conocer, cara a cara, a quien lo escribió. Aquella iniciativa —intimar con las palabras leídas y luego dialogar con su autor o autora— fue el inicio del Festival de Literatura Infantil y Juvenil de Melilla, una propuesta impulsada por Oxígeno Laboratorio Cultural, apoyada por la Consejería de Cultura, el Ministerio de Cultura y Lectura infinita, que hoy ha crecido en profundidad, en formatos y en edades.
“Empezamos en 2017 haciendo encuentros de literatura. Solo con literatura juvenil”, recuerda Francesco Bondanini, uno de los impulsores del festival y parte de Oxígeno Laboratorio Cultural. “Invitábamos a un escritor o una escritora. Los estudiantes leían sus libros y luego charlaban con ellos. El formato lo realizábamos a través de una presentación y preguntas”. Pero ese inicio modesto contenía ya la esencia de todo lo que vendría después.
A partir de 2021, el festival amplió sus horizontes. Ya no era solo literatura juvenil, sino también infantil, ilustración y distintos géneros literarios como cuento, novela, poesía o teatro. Las actividades se concentraron en una semana y se extendieron a todos los niveles educativos desde infantil hasta universidad, pasando por la Escuela de Artes y el CEPA Carmen Conde.
Esa amplitud y sostenibilidad en el tiempo del festival solo es posible gracias al trabajo dentro de los centros. “Desde el inicio trabajamos siempre con los profesores de secundaria”, afirma. “Ellos son fundamentales: animan a los estudiantes a leer, preparan las actividades, organizan los encuentros desde dentro del instituto. Nosotros nos ocupamos de la organización externa”. Con primaria la dinámica varía, pero la implicación sigue siendo clave. “También leen los libros en clase y preparan las charlas cuando vienen las autoras y autores”, explica Bondanini.
“La idea es que sea un festival dirigido a literatura infantil y juvenil, pero hecho para todas las edades, para todos los jóvenes y todos los centros educativos de la ciudad”, sostiene. El objetivo no es solo leer, sino comprender todo lo que hay detrás de un libro. “Es un premio, pero también mucho más. Es mostrar que hay un proceso, que escribir un libro es una actividad compleja, que hay personas que viven de eso”, destaca. Un encuentro que permite vincular la lectura con caminos profesionales dentro del ámbito editorial, así como permitir reconocer a los creativos y literatos que hay detrás de las palabras y las ilustraciones de las propuestas planteadas cada año.
Durante la jornada del jueves por la mañana, en el Salón de Actos de la Consejería de Cultura, se celebró un encuentro con la escritora Maite Carranza, referente de la literatura juvenil y participante en ediciones anteriores. La actividad reunió a estudiantes de secundaria y se convirtió en una intensa conversación. “Maite hizo una presentación de unos 30 minutos, y luego hubo casi una hora de preguntas. Tuvimos que parar porque tenían que volver a clase, pero seguían preguntando”, relata Bondanini, haciendo hincapié en la vinculación de los jóvenes con la obra y la escritora, además de destacar el formato participativo que tratan de desarrollar desde el festival.
La consejera de Cultura, Fadela Mohatar, también asistió al acto, reforzando el respaldo institucional a esta cita ya consolidada en la agenda cultural de la ciudad. Mientras tanto, otras autoras visitaban colegios de primaria, compartiendo sus historias con los más pequeños. “Es divertido para los niños y también para ellas, porque para un escritor ver que tantos niños han leído su libro anima a seguir haciendo este trabajo”, añade.
El cierre del festival llegará este viernes 13 de diciembre, a las 18:00 horas, con una cita abierta a toda la ciudadanía en el salón de actos de la Consejería de Cultura. Allí se celebrará una mesa redonda con las cuatro autoras participantes en esta edición: Maite Carranza, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y candidata de España al Premio Hans Christian Andersen 2026; Ledicia Costas, galardonada con el mismo premio en 2015; Susanna Isern, una de las autoras más traducidas y leídas de la literatura infantil española; y Júlia Sardà, ilustradora de proyección internacional cuyas obras han conquistado lectores en todo el mundo.
Todas ellas compartirán escenario en un diálogo abierto para conversar sobre sus trayectorias, sus procesos creativos y su manera de entender la literatura. “Todavía quedan algunas plazas, animo a la gente a venir”, invita Bondanini. “Será un encuentro muy sencillo, no es una clase magistral. Es una charla, una mesa redonda, donde se hablará de literatura y donde todo el mundo podrá participar y preguntar”, concluye.
Un final que resume el espíritu del Festival de Literatura Infantil y Juvenil de Melilla escuchar, compartir y descubrir que, detrás de cada historia, hay una persona dispuesta a contar su proceso desde la cercanía y la palabra oral, acercándose a las inquietudes de los lectores de todas las edades dispuestos a escuchar y generar un diálogo activo y participativo.








