El drama del desempleo, la pobreza y la crisis, a las puertas de la Ciudad

Estefanía y Sergio reclaman a Bienestar Social que cumplan sus “promesas” de empleo y acogimiento. Llevan viviendo en la calle tres meses, no tienen trabajo, no perciben ninguna prestación por desempleo ni ayuda social, su hijo de dos años vive con los abuelos maternos y su hija de 11 meses en casa de unos amigos. Es la situación  que la joven pareja Estefanía y Sergio expusieron ayer a El Faro mientras protestaban, pancarta en mano, frente a las puertas del Palacio de la Asamblea. Es la cara oscura de la crisis económica y fiel reflejo de la problemática nacional y melillense del desempleo y la pobreza. Simplemente piden a la Consejería de Bienestar Social y al Gobierno de la Ciudad Autónoma, en definitiva, ayuda para encontrar un empleo para poder pagar un alquiler y dar una vida a sus dos hijos que, ahora, no están con sus padres.  
Estefanía Piñeira es natural de Madrid y lleva ocho años en Melilla junto a Sergio que sí es melillense de nacimiento. No está empadronada en la ciudad, al no poder acceder a un alquiler, y no puede alquilar porque no tiene una nómina. Por ello, en Bienestar Social “me niegan cualquier tipo de ayuda”, pero también se la rechazan a Sergio que sí está empadronado, según cuenta la joven. “No nos ofrecen el albergue ni a él, que es melillense, ni a mí. Únicamente nos ofrecen una ayuda de 1.000 euros para pagar un alquiler, pero para mantener lo demás ‘búscate la vida’. No tenemos ningún derecho”, se queja Estefanía.
Llevan tres meses en la calle y duermen en un banco en la Plaza de España. Afirman estar desesperados porque no tienen recursos y no pueden mantener unida a la familia. Su hijo de dos años está en Madrid con sus abuelos maternos y su hija de 11 meses la cuidan unos amigos de la pareja aquí en Melilla. Estefanía cuenta que la familia de Sergio ya no quiere más responsabilidades, no les ayudan ni les acogen.
Estefanía trabaja, por decirlo de alguna manera, los fines de semana de camarera por 25 euros la jornada y Sergio afirma que ha trabajado de forma no continuada y sin cotizar. “Todo dinero que entra es para nuestros hijos”, afirma la joven.

Promesas incumplidas

“No nos dan ninguna opción ni ayuda para él que es melillense ni para sus hijos. No nos facilitan un techo donde dormir ni guardería para los pequeños ni comedor para llevarnos algo a la boca”, lamenta Estefanía.
La pareja asegura que han pedido ayuda sin cesar a la Consejería de Bienestar Social y en el propio ayuntamiento, pero hasta ahora “nada de nada”. Estefanía cuenta que en ambas instancias les han prometido ayudarles, “me dijeron que me iban a dar un trabajo, pero finalmente se lo dieron a otra mujer, que estaba en mejor situación que yo porque insistió más”, se quejó. Por ello, ambos dicen no querer más promesas y sí una ayuda “real”.
Dentro de la grave situación en la que se encuentran, hace unos días Estefanía fue agredida por una mujer. No quiso dar detalles sobre los motivos de la agresión, únicamente dijo que la mujer de la casa donde estaban en acogida la pegó en presencia de Sergio y su hija de 11 meses.
Acudió al hospital Comarcal para que le atendieran y tras seis horas de espera y unos puntos en la ceja izquierda, la joven pareja volvió a la calle. “La situación es inaguantable”, afirma Estefanía y cree que Sergio y ella tendrán que recurrir a los tribunales en busca de una solución “a la desesperada”.
Teme que, de seguir en esta situación, las autoridades puedan retirarle la custodia de sus dos hijos, pero confía en que esto no suceda porque “están bien cuidados, no están maltratados y todo el dinero que logramos conseguir es para ellos, para alimentarles, para tenerles bien cuidados”.