Decenas de melillenses acudieron a la eucaristía. El presidente de la Ciudad fue el encargado de hacer la ofrenda floral
Decenas de personas asistieron ayer a la tradicional misa rociera que se celebra cada año en la Plaza de Toros en honor a la Virgen de la Victoria. No hay Feria de Melilla que no arranque con este homenaje a la Patrona de la ciudad, que presidió el acto, como es costumbre, en un pequeño altar situado en mitad del ruedo. Las gradas del tendido estaban repletas de familias, jóvenes y mayores, que aprovecharon la tarde para pedir a la Virgen una ‘ayudita’ en aquello que no termina de salirles bien y darle las gracias por lo que ha marchado como deseaban durante este año.
Las flamencas pusieron voz a la misa. Guitarras, bandurrias y cajones tocados por los miembros del coro de la Virgen de la Victoria y la Hermandad del Rocío les dieron el ritmo, en una eucaristía festiva, que llenó de fervor la tarde del domingo.
Junto a los melillenses que quisieron disfrutar de esta misa tan especial, no faltaron algunas de las autoridades de la Ciudad. El presidente del Gobierno local, Juan José Imbroda, acompañado de parte de su ejecutiva, entre los que se encontraban el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, el de Festejos, Francisco Díaz, o la senadora María del Carmen Dueñas fueron algunos de los rostros que pudieron verse en el coso taurino.
En su sermón, el sacerdote que ofició la misa animó a los melillenses a ajustarse al plan de Dios para ser mejores personas y más felices. En las peticiones hubo recuerdo para los más necesitados y para los jóvenes que aún creen que la fe no aportará nada a sus vidas. El cura también quiso destacar la importancia de llevar una vida al servicio de los demás, en lugar de centrarse únicamente en la búsqueda del éxito individual.
Además de la música, los cantes, los rezos y la devoción, en la eucaristía se ofrecieron a la Virgen flores blancas, como las que cada tarde llevan los melillenses a la iglesia de la Purísima durante la novena de la Patrona. Imbroda fue el encargado, como manda la tradición, de hacer la ofrenda.
El próximo lunes 8 de septiembre será el momento en que la Virgen de la Victoria se encuentre con su pueblo en la calle, en una procesión que cada año logra congregar a cientos de personas en su recorrido desde el Pueblo hasta el centro de la ciudad.
Los melillenses demostraron ayer,otro año, que más allá de los bailes del recinto ferial durante los días de fiestas patronales, durante esta semana la auténtica protagonista es la Virgen de la Victoria.