El centro de primera acogida que se construirá en el interior de La Purísima será de régimen mixto, es decir, será abierto para los menores que deseen quedarse en la institución (que pasaran el tiempo indispensable en esta área) y cerrado para aquellos que causen bajas de forma reiterada en la entidad. Así lo aseguró ayer a El Faro el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, que aseveró que el objetivo principal de este módulo será ofrecer un tratamiento específico a los niños que no quieran estar en La Purísima para intentar que se puedan integrar con el resto y que dejen de vivir en la calle.
Ventura explicó que para poder tener este tipo de régimen cerrado para dicho grupo se contarán con las autorizaciones legales pertinentes y con las comunicaciones de qué menores estarían en este módulo. Afirmó que la idea es que estos niños no se puedan escapar por su propio bienestar.
El consejero especificó que gran parte de los menores que no quieren estar en el centro ponen en riesgo su vida al intentar colarse en los barcos o están en manos de adultos que los utilizan.
También hay otros menores que consumen sustancias volátiles. La meta de este primer módulo de acogida sería mantenerlos el mayor tiempo posible en el centro para que puedan recibir un tratamiento específico.
Ventura comentó que se diseñará un equipo multidisciplinar para atender a estos niños. Se contará con médico, un psicólogo y educadores sociales para “recuperar a estos menores”.
El consejero comentó que hay niños de la calle que no quieren estar en La Purísima porque no forma parte de sus planes y lo único que desean es llegar a la península. Sin embargo, atendió que muchos de ellos cuando llegan a otras regiones siguen viviendo en la calle. Afirmó que esta situación se da en otras autonomías, aunque en Melilla y Ceuta por su extensión se vea mucho más que en el País Vasco, Cataluña o Andalucía.
Por otro lado, el titular de Bienestar Social afirmó que el número de menores acogidos sigue siendo elevado, pero no ha recibido ninguna propuesta de otras autonomías o ayuntamientos para atender a estos menores. Afirmó que sería “estupendo” poder tener un número máximo en Melilla y que el resto de niños fueran a otras regiones para su asistencia. Aunque apuntó que eso traería un “efecto llamada”, porque los chicos tienen el incentivo de conseguir la documentación para residir en nuestro país.
Comentó que para reducir la llegada de menores extranjeros, que se ha convertido en un fenómeno migratorio que está llegado a todas las autonomías, se han propuesto desde Melilla muchas medidas y cambios legislativos.
Además, recordó que Marruecos es el primer país en infringir los acuerdos de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU porque no cuida ni atiende a los menores.
El pasado martes la Comisión de Convivencia y Solidaridad Internacional del Parlamento de Navarra firmó una resolución para instar al Gobierno central a reformar la Ley de Protección Jurídica del Menor y otras normas que afectan a este colectivo.
Asimismo, se destaca en este texto que el Ejecutivo debe “promover los traslados de los niños no acompañados que se encuentran en Melilla y Ceuta a la península, siempre que sea de acuerdo a su interés superior y tras ser escuchados, con la correspondiente asignación económica a las autonomías para garantizar sus derechos y condiciones materiales de vida”.
Pero para el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, esto es un ejemplo de “la demagogia” que muestran algunos políticos. Explicó que, por un lado instan al Gobierno central al traslado de menores de las ciudades autónomas a la península, pero por otro, no se ofrecen para acogerlos en Navarra.
Ventura subrayó que, como autonomía que tiene las competencias de menores transferidas, Navarra podría firmar un acuerdo con Melilla para acoger a un número determinado de menores extranjeros.
Sin embargo, lamentó que no se haga esa propuesta. Resaltó que, aunque miembros de Podemos y EH Bildu, partidos que han firmado ese documento en Navarra, han visitado la ciudad, no promueven en los ayuntamientos o regiones que gobiernan que se haga esta acogida.
Insistió en que de cara al público estos partidos dicen una cosa y luego, hacen otra diferente. “Esa es la realidad”.
Aseveró que hay que tener cuidado al dar este tipo de mensajes, en relación al traslado de menores a la península, porque se puede producir un efecto llamada, ya que estos niños vienen a España con el objetivo de conseguir la documentación, que luego les puede permitir hacer una reagrupación familiar en el país.
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