Silvia San Román vino al mundo en el Hospital Militar, en Melilla, el 1 de julio de 1974. Actualmente, es la vicedecana de Estudiantes, Extensión Universitaria y Prácticas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR) en la ciudad autónoma.
-Me llamaron para hacer una sustitución en la Facultad de Ciencias de la Salud de Melilla para comenzar en marzo de 2014. En esos momentos tenía un puesto de trabajo fijo en la Junta de Andalucía, en el colegio Al Ándalus en San Pedro de Alcántara (Málaga), por lo que pedí excedencia y aposté por Melilla, hasta ahora.
-En general, los jóvenes de hoy tienen un gran potencial para transformar el mundo, pero también enfrentan retos importantes.
En este sentido, la inestabilidad laboral y económica, así como la dificultad de emanciparse y de encontrar vivienda, son aspectos preocupantes de nuestra situación actual que les causan estrés y ansiedad, por la incertidumbre que tienen sobre su futuro.
Por otro lado, el uso excesivo del teléfono móvil y de las redes sociales, pueden afectar las relaciones interpersonales. Aunque están muy conectados digitalmente, algunos tienen dificultades para interactuar cara a cara o formar relaciones profundas.
Además, la inmediatez de la tecnología puede hacer que la paciencia y la tolerancia sean más bajas.
Lo positivo es que tienen más herramientas que nunca para superar obstáculos y hacer cambios significativos, que pueden ser creativos y sobre todo, solidarios, tenemos de ejemplo la cantidad de jóvenes que han sido voluntarios con la DANA en Valencia.
-Tengo múltiples historias que contar y cosas especiales me ocurren en el trabajo en cualquier momento. Tengo más de un recuerdo bonito, así que no sé por cuál decantarme.
Como emocionante fue un acto de graduación, era la coordinadora del titulo de grado de Enfermería por aquel entonces y mientras dedicaba unas palabras al alumnado, comenzaron a aplaudir durante el discurso, gritando mi nombre y diciendo cosas bonitas durante varios minutos. Estas cosas son de las que te refuerzan y hacen que tengas ganas de seguir hacia adelante.
-Espero una Melilla universitaria, con instalaciones e infraestructuras adecuadas. Con aumento de titulaciones, como la de Podología, y de alumnado, y con gente joven que venga a la ciudad y apueste por ella.
-Sacar tiempo libre para retomar actividades deportivas y aprender a usar la termomix.
-Pues no recuerdo nada exacto, bien es cierto que en alguna ocasión he tenido un 'déja vu' y he percibido algo que iba a pasar justo antes de ocurrir.
-Entanarse y dar un rule.
-Playa de los Galápagos.
-La familia es lo más importante y los amigos son la familia que eliges. No dañes a nadie y no permitas que te dañen. Valora y cuida lo que tienes. Trabaja con honradez. Disfruta de las pequeñas cosas.
-Edimburgo.
-Prefiero el presente. El futuro ya llegará.
-Pues no sabría elegir, siendo mujer, elegir una época histórica para vivir depende de muchos factores, como los derechos, la libertad, la seguridad y las oportunidades. Así pues, mejor me quedo en esta época que es probablemente el mejor momento en la historia para ser mujer en términos de derechos y oportunidades.
-Lo normal, teniendo en cuenta mi profesión.
-Verde.
-Todo tipo, en ese sentido tengo muchas aristas, desde música clásica, flamenco, reagge, ska, rock, rap, pop… por ejemplo, el pasado fin de semana estuve en un concierto de Candlelight en Málaga, un tributo a The Beatles y Queen.
Algunos de los grupos españoles que me gustan: Fito y Fitipaldi, Los Zigarros, Dani Martín, Manuel Carrasco, Pablo Alboran, Joaquín Sabina, Camarón de la Isla, Amaral… entre muchos otros.
-Tortilla de patatas gallega con cebolla.
-Agua por necesidad; sin embargo, un buen vino blanco o tinto, dependiendo del momento.
-Verano.
-A pasar tiempo rodeada de mi familia y amigos. Pasear con mi perro. Pero viajar sobre todo. Hace poco estuve en Praga y ya estamos pensando cuándo será el próximo viaje y adónde.
-Unos vaqueros.
-A nada en concreto y a cualquier situación que pueda alertarme. Ultimamente las alturas no las llevo demasiado bien y dejé de montarme en atracciones de feria de ese tipo.
-Crea una rutina, pero sé flexible: La disciplina ayuda, pero también es importante adaptarse a los cambios.
-Acepta los errores como aprendizaje: Fallar no es el fin, sino una oportunidad para mejorar.
-No podría decidirme por un mejor recuerdo porque tengo muchos, pero cuando nació mi hija puedo decir que mi vida cambió por completo y que al tenerla en mis brazos me provocó la mayor sensación de felicidad que he experimentado nunca.
Como soy una persona bastante resiliente, apenas tengo malos recuerdos, la verdad es que, de algún modo, mi cerebro va olvidando o dejando de prestar atención a las cosas que no aportan beneficios o que pueden afectar a mi salud mental.
Los pocos que tengo, casi todos están relacionados con la pérdida de familiares muy queridos. Aunque no tengo mal recuerdo realmente, sino que a veces entristece la ausencia de ciertos seres queridos.
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