El coordinador indicó que “lo que queremos es que el niño acumule mucha experiencia en formato de nuevo aprendizaje y que esto se convierta en un mensaje a los clubes”. Desde el pasado lunes se viene desarrollando la I edición del Campus de Tecnificación y Perfeccionamiento que organiza la Federación Melillense de Baloncesto. Esta actividad concluirá mañana con la participación de casi un centenar de jugadores.
En el tercer día de trabajo, la primera sesión ha versado sobre el bote. De esta manera todos los participantes realizaron diferentes ejercicios sobre este concepto, a excepción de los cadetes, que trabajaron, en el Pabellón Guillermo García Pezzi, el bloqueo directo e indirecto en situaciones de tres contra tres.
Como viene siendo habitual durante este campus y para todas las categorías, la segunda sesión consistió en el perfeccionamiento y mejora en la técnica de tiro, tras la cual se dio paso a situaciones reales de partido para poner en práctica todo lo aprendido.
El campus se encuentra en el ecuador y el coordinador del mismo, Miguel Martínez Duarte, aprovechó para realizar una valoración de cómo se está desarrollando el trabajo.
Martínez Duarte no pudo ocultar su alegría de ver que todo está transcurriendo según lo planificado, por lo que no duda en calificar de manera muy positiva estos primeros días. “La valoración hasta el momento está siendo muy positiva. Hay momentos de campus donde se están cumpliendo perfectamente los objetivos diseñados, en sentido de trabajar con muchos participantes y con muchos contenidos y además plasmarlo en toda una mañana de trabajo. Estamos realmente muy contentos”, afirmó.
Además aseguró que espera que este trabajo sirva de ejemplo para el resto de clubes de cómo trabajar con la base. “Lo que queremos es que el niño acumule mucha experiencia en formato de nuevo aprendizaje y que esto se convierta en un mensaje a los clubes de por donde se debe trabajar”, señaló.
“En las tres sesiones diarias estamos trabajando los fundamentos individuales de ataque y defensa, trabajo de tecnificación en el tiro y una tercera sesión que es ver todo lo aprendido en situaciones reducidas de juego o de cinco para cinco”, explicó.
“Lo que nos están transmitiendo es que están cansados. Esta es una valoración que a esta altura era algo que presumíamos porque este campus es eminentemente de perfeccionamiento y donde hay muchos ejercicios, con mucho baloncesto y poco juego. Esto se debe en gran parte al cumplimiento de nuestra máxima de trabajo, que no era otra que el de exigencia y corrección”, finalizó.