MARRUECOS suspendió ayer “todo tipo de contactos con las instituciones europeas” tras acusar a la UE de “deslealtad”. A nuestro vecino no le ha gustado un fallo del Tribunal de Justicia de Europa que cuestiona la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y ha montado en cólera.
Un editorial de la agencia de noticias MAP es clarividente en cuanto a las consecuencias del enfado de “un Marruecos que hace de gendarme europeo en la lucha antiterrorista y contra la inmigración clandestina”.
Rabat está dispuesto a comerse los miles de tomates y el pescado que exporta a la Unión Europea, pero con el Sahara no bromea. Al menos eso fue lo que dijo ayer el presidente del Gobierno, Abelilah Benkirán, al anunciar la ruptura de contactos con la UE.
En esto, como en todas las crisis, hay que esperar con paciencia hasta comprobar cuánto pescado y cuánto tomate está dispuesto a comerse Marruecos. Mientras ellos se empachan, los barcos andaluces y gallegos y los invernaderos de Murcia y Almería se frotarán las manos.
Durante el tiempo que le dure el cabreo a los marroquíes, los agricultores del Mediterráneo harán el agosto y venderán el tomate a precio de oro.
Pero en Melilla nos encontramos con una guerra que nos pilla enmedio. No nos engañemos, seremos víctimas colaterales.
Ayer mismo, la Policía marroquí decomisó en Nador un camión procedente de la ciudad autónoma cargado con ropa y zapatos del ‘contrabando’. Lo hicieron con cara de haber llegado a una fiesta sin conocer qué se festejaba.
Si éste no es un hecho aislado y se convierte en la tónica general, no sería descabellado augurar que vendrán días peores para los empresarios que viven del ‘comercio atípico’. Eso por no hablar de los cientos de trabajadores marroquíes que comen gracias al dinero que ganan en Melilla.
Mejor no hablar de qué ocurriría de producirse avalanchas en la valla. ¿Se meterá la ‘Mejanía’ a echarle una mano a la Guardia Civil o mirará para otro lado?
Lo peor es que este cabreo marroquí se puede llevar por delante el intercambio de información con nuestro país para pararle los pies al terrorismo yihadista.
Pelearse con el vecino nunca es la solución porque te pongas donde te pongas lo seguirás teniendo al lado. No podemos mudarnos.
Con estos truenos, de más está decir que los familiares de Emin y Pisly lo tienen aún más difícil para saber qué pasó en Punta Negri el 27 de octubre de 2013. Margallo está sin cobertura y tras prometer que aclararía en una semana si el caso del asesinato de los dos jóvenes melillenses está o no archivado, le ha pasado la patata caliente a El Barkani. Menudo hijo adoptivo que nos ha salido.