El día 5 de junio de 2023 se cumplen 100 años de la muerte del teniente coronel Valenzuela, jefe del Tercio de Extranjeros, al frente de sus hombres en las lomas de Tizzi Assa.
El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla quiere rendir tributo a tan destacado héroe cuando se cumple el centenario de su muerte. Para ello se ha elegido como “Fondo Museístico del Mes” el busto del teniente coronel Valenzuela, que está expuesto en la terraza de entrada al museo. Se trata de una escultura realizada en escayola de casi un metro de alto, que representa el rostro del protagonista portando un gorrillo legionario, con gesto serio y concentrado. El busto estuvo ubicado en el acuartelamiento “Valenzuela” cuando alojaba a la Tercera Bandera del Tercio; posteriormente pasó a manos del Grupo de Regulares 52, que lo donó al Museo Militar en 2010.
Rafael de Valenzuela y Urzaiz nació en Zaragoza en 1881, y en 1896, con tan sólo 15 años, ingresó como alumno en la Academia de Infantería de Toledo, egresando en 1890 con el empleo de segundo teniente.
Casi toda su carrera militar la pasó destinado en África, donde participó en numerosas acciones de guerra, siendo distinguido en varias ocasiones por su comportamiento en combate.
En 1909 llega a Melilla, destinado al Batallón de Cazadores de Llerena con el empleo de capitán. Ese mismo año obtuvo su primera Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, por su actuación en los combates del Zoco el Jemis de Beni Bu Ifrur. Será nuevamente condecorado en 1912, combatiendo con el Batallón de Cazadores de Talavera, en el territorio de la cabila de Beni Sidel; y una vez más en 1914, por los méritos contraídos cuando estuvo destinado en la zona occidental del Protectorado.
Siendo teniente coronel, estuvo al mando de un Batallón del Regimiento de Infantería Extremadura n.º 15, formando parte de la columna del general Sanjurjo en las operaciones de reconquista que se inician en septiembre de 1921.
En septiembre del año siguiente se encargó de organizar el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas siendo, por tanto, su creador y primer jefe.
Pero su paso por los Regulares fue efímero, porque en noviembre de 1922 se le dio el mando del Tercio de Extranjeros, sustituyendo al mítico Millán Astray, donde demostró una vez más sus excelentes dotes de mando.
En junio de 1923 se le encarga la misión de proteger un convoy de abastecimiento a la posición de Tizzi Assa. La misión era de alto riesgo, pues los rebeldes rifeños, en un número considerable, estaban fuertemente establecidos en los alrededores, especialmente en Peña Tahuarda, lo que había hecho fracasar previamente varios intentos de aprovisionamiento. La defensa de Tizzi-assa se hacía cada vez más difícil y la amenaza de un nuevo “Igueriben” flotaba en el ambiente.
El día 5 de junio la columna española inicia la marcha. Como se esperaba, la resistencia enemiga fue feroz y la lucha encarnizada. Después de dos cargas de los Regulares que fueron rechazadas, el teniente coronel Valenzuela ordena a sus legionarios el asalto a la bayoneta. Con el gorro en la mano y al grito de ¡Viva España! se pone al frente de sus hombres y las dos Banderas del Tercio se lanzan al asalto.
Con arrojo y valentía se consigue expulsar a los rebeldes de las ventajosas posiciones que ocupaban y el convoy puede entrar en la posición. Tizzi-Assa se ha salvado.
Pero el precio es muy alto. Allí encontrará la muerte el teniente coronel Valenzuela junto a 40 de sus hombres. Todos ellos han llevado al extremo el espíritu de la Legión y su Credo Legionario.
La fama precedía al héroe. El propio Alfonso XIII lloró la pérdida de tan valeroso soldado, le concedió la Medalla Militar Individual a título póstumo y se permitió que su cuerpo descansara en la Basílica del Pilar de Zaragoza, un honor concedido sólo a las más altas personalidades. En su honor se creó, en 1925, la VII Bandera de la Legión con el nombre de “Valenzuela”.
Cien años después de entregar su vida por España, Valenzuela está presente entre nosotros y con este sencillo homenaje le brindamos el recuerdo que se merece.