Una vez más, el casco antiguo y las calles del centro modernista fueron los principales atractivos para estos turistas. Buena parte de los comercios, cerrados. Tras un sábado frío y lluvioso, el sol salió en la jornada de ayer para recibir a los viajeros del Albatros, crucero que atracó a las 14:00 en el puerto de la ciudad autónoma, concretamente en el Muelle Ribera I. Durante cinco horas, los turistas de origen alemán que viajan en dicho buque deambularon por las calles de Melilla para descubrir sus principales atractivos.
Inconfundibles con sus sombreros de paja y consultando un mapa de papel cada pocos pasos, los cruceristas se dejaron ver por la zona del centro modernista y el casco antiguo. Una vez más, ambos lugares fueron el principal atractivo para los visitantes.
Pese a que en el Albatros viajaban 800 personas, parece que no muchos decidieron bajar a tierra, ya que no se vieron tantos turistas como en otras ocasiones. Asimismo, hay que recalcar que la mayor parte de los comercios del centro de la ciudad desoyeron los consejos de la CEME y decidieron no abrir. La excepción fueron algunas tiendas de la calle Pablo Vallescá y varias franquicias de la Avenida Juan Carlos I. El resto, con la persiana echada. No ocurrió lo mismo con los locales de hostelería, que sí abrieron, algo común los domingos.
El Albatros, de la naviera Phoenix Reisen, es un viejo conocido del puerto melillense. Su último atraque tuvo lugar el pasado 13 de noviembre.
A las 19:00 horas, los turistas que decidieron bajar a tierra firme volvieron al crucero, que levó anclas con puntualidad y prosiguió su recorrido por aguas del Mediterráneo.