La segunda parte del juicio contra un vigilante de obra, acusado de intentar robar en un autoservicio, concluyó con la declaración de uno de los policías que intervino en su detención. Poco más pudo aportar al relato de los hechos pues aseguró que cuando llegaron al lugar, tras la llamada a la sala de emergencias, únicamente se encontraba allí el acusado “solo y muy nervioso”. Afirmó también que la calle estaba vacía, hecho que se contradice con la versión del vigilante, quien aseguró que había “mucha gente” haciendo ‘botellón’ y que antes de que llegara la patrulla policial se había registrado una pelea.
El agente de Policía Nacional declaró que el propietario de la tienda les dijo que el acusado había intentado entrar en su establecimiento, primero forzando la puerta por el método “del resbalón” y después dándole patadas, pero ni el policía ni su compañero vieron nada.
La Fiscalía reiteró su acusación y el abogado defensor, por su parte, pidió la absolución del vigilante de seguridad, pues consideró que no quedaron probados los hechos que se le imputan. Además, el letrado dijo que existe una duda razonable, pues bien pudo darse una pelea en el lugar, momentos previos a la llegada de la patrulla policial y que ése fuera el motivo por el que el propietario de la tienda se despertara a causa de los ruidos.
Sin embargo, en caso de que el juez encontrara culpable a su cliente aclaró que dado el relato de los hechos expuesto en las dos sesiones del juicio, el vigilante debería ser acusado en todo caso de una falta de daños y no de un delito de robo con fuerza sobre las cosas, puesto que “no se ha probado que hubiera ánimo de lucro por parte de mi representado”.