Los melillenses pagaron caro un mal primer periodo. La plantilla de Alcoba logró sobreponerse a una desventaja de 24 puntos.
El Melilla Baloncesto cosechó en la cancha del Quesos Cerrato Palencia su sexta derrota de la temporada (87-84) en un partido en el que se vio penalizado por el mal primer cuarto, pero en el que estuvo a punto de rozar la proeza remontando en el tramo final. Lo cierto es que fue un partido extraño el disputado anoche en tierras palentinas. Complicado explicar cómo los locales estuvieron a punto de perder un partido que dominaron tan ampliamente en el primer y segundo cuarto, llegando a tener 23 puntos de diferencia.
El partido empezó con un triple de Josep Pérez y un parcial 8-0 de salida que obligó a Alcoba a pedir su tiempo muerto cuando apenas se llevaban un minuto y cuarenta y un segundos de partido. Los primeros puntos melillenses tardaron casi tres minutos en llegar gracias a un tiro en suspensión de Ott. 15-4 reflejaba el marcador en el minuto cuatro tras un triple de Bas. Palencia encontraba muy fácil el aro melillense. Al contrario que en anteriores partidos donde la falta de acierto les penalizó mucho hoy los morados empezaron muy bien en el tiro de tres y a falta de 3:33 Alcoba tuvo que pedir su segundo tiempo con 22-6 en el marcador. Seguro que en ese punto les recordó a los suyos que, o empezaban a defender fuerte, o no había nada que hacer.
El segundo cuarto empezó con el primer triple de Melilla a cargo de Jorge Sanz que, a su vez, intentó ser más intenso defendiendo, igual que todo su equipo. Melilla hizo dos triples más hasta poner el 37-17 y obligar a Sergio García a pedir su primer tiempo muerto. Van Wijk con diez puntos en la primera fuerte fue el mejor en ataque en los de Alcoba.
Mediado el segundo cuarto el marcador era 44-22. Dani Rodriguez que no salió de inicio en los locales completó varias acciones de mérito antes del parcial 0-7 para los visitantes.
El alto nivel de anotación local se frenó y Melilla llegó a colocarse a 16 puntos (47-31) en el minuto 19.
Tras el descanso la puesta en escena de Melilla fue mejor y un triple de Suka Umu más un tiro libre suyo en la siguiente acción puso a los de Alcoba a quince (56-41 a 14 minutos del final). Y la distancia se recortaría hasta los doce (58-46) Sergio García pidió tiempo muerto temiendo que si Melilla se acercaba aún más el resultado podía peligrar.
Y así fue: las tornas cambiaron, Palencia dejó de defender y los visitantes empezaron a ver aro en cada acción de ataque hasta colocarse a ocho puntos (58-50 a 3:25 del final del tercer cuarto) Melilla había metido entonces más del doble de puntos que Palencia en los siete primeros minutos de tercer cuarto. Melilla llegó a ponerse a seis (60-54) pero Palencia jugó mejor los últimos minutos de cuarto para irse al último descanso diez puntos arriba. El cuarto lo cerró una bandeja de Dani Rodriguez que abrió el último cuarto con dos triples seguidos que le colocaban entonces en 27 puntos con apenas 16 minutos jugados. Poco después Suka Umu se resintió de las molestias con las que llegaba a Palencia y tuvo que ser sustituido.
Melilla, remando todo el partido, había llegado a ponerse a seis pero no pudo recortar más. A menos de cuatro la diferencia era de diez (76-66) pero dos triples seguidos de Pedro Rivero puso a Melilla a sólo cuatro (78-74 a 2:27 del final) Cuando peor lo estaba pasando Palencia un triple de Romá Bas abrió brecha (81-74) al que respondió Ott con otro para el 81-77 pero faltaban ya sólo 47 segundos para el final.
Dos tiros libres de Van Wijk pusieron a dos a Melilla a veinte segundos del final. Rivero hizo su quinta falta sobre Bas, que metió los dos, y puso el 83-79 en el marcador. A la vuelta del tiempo Pablo Almazán anotó con la zurda y Melilla impidió que el tiempo corriera haciendo falta sobre Dani Rodriguez, que anotó los dos para el 85-81 a 14 segundos del final. Suka Umu anotó de tres y puso a los suyos a uno (85-84) con diez segundos por jugar. Melilla hizo falta a Romá Bas que anotó los dos y en la última jugada Melilla no pudo ni siquiera tirar para terminar perdiendo un partido que estuvo a punto de remontar. Aunque así llegarán las victorias ligueras.