Sí, hoy es el gran día tan esperado por la masa social de pensionistas y jubilados de Divina Providencia que preside Rafael Ballesteros, barrio de Cabrerizas. La historia viene de lejos cuando el local que hoy va a recibir el señor Ballesteros se caía a trozos y hubo que proceder a su demolición para aprovechar la superficie y hubo que hacerlo también para devolver a Divina Providencia sus metros cuadrados. Rafael Ballesteros es hombre imaginativo y con recursos y pensó, en su momento, en los bajos de la Peña Colón, institución que también preside en la actualidad. Y allí montó, en clave de provisionalidad, un local coqueto, aunque con limitaciones. Resultó ser una diáspora cuyos protagonistas, como los hebreos de Sefarad, supieron invertir en paciencia y en confianza en las autoridades.
Hoy es el gran día de la entrega de la nueva sede de Divina Providencia, será a las 13.00 horas -puntualidad británica- bajo la presidencia de Juan José Imbroda. Rafael está de los nervios y emocionado. "Siempre hemos confiado en el señor Imbroda; siempre, porque nos ha demostrado que es un gobernante de palabra, al margen de entrañable amigo". El local tiene unos 140 metros cuadrados. "Son suficientes bien aprovechados. Ahora hay que equiparlo pero ya no tenemos ninguna prisa porque no hemos abandonado la sede provisional de la Peña Colón y podemos seguir funcionando con normalidad, aunque con más trabajo". El presidente de Divina Providencia ya conoce la nueva sede y "me gusta muchísimo, el viernes -por hoy- seremos felices y agradeceremos a las autoridades locales esta inversión".
Pero no sólo es una inversión económica, "no, no, es una inversión en afecto y respeto a la figura del mayor. Gracias a Dios y a ellos, los mayores hemos abandonado el sillón y la mesa camilla para convertirnos de dinamizadores de, al menos, un segmento de la sociedad melillense. El dominó o el parchís siguen pero acompañados de talleres, actividades culturales y gestión de problemas que nos plantean los socios". Para todo ello es más que necesaria la nueva sede. Llega el local en un momento más que oportuno porque, a partir del próximo lunes, comienzan las actividades que organiza Carmina San Martín con motivo de la Semana del Mayor, miel sobre hojuelas que diría el castizo. Resulta casi imposible arrancarle otro término que no sea "gracias, gracias y gracias".
En la nueva sede de Divina Providencia se sigue con la misma política de siempre -ya ha llovido- "escuchar a nuestros mayores, asistirles en todo lo posible tanto en lo social como en lo sanitario, estar muy cerca del socio y organizar una serie de acontecimientos lúdicos porque el mayor quiere estar siempre al lado de sus amigos y disfrutar de la vida después de un trabajo de años dedicados a sus familias. Cuando lo conseguimos, los directivos nos sentimos satisfechos y seguimos trabajando con el mismo guión y, acaso, más esfuerzo".