Categorías: Editorial

Distinguir entre agua y aceite

La información corrió como la pólvora. Medios nacionales se hicieron eco el pasado martes de un teletipo que citaba una noticia bomba publicada en dos diarios marroquíes con influencia en la opinión pública del país vecino: los tres yihadistas detenidos en Nador el pasado viernes tenían pensado atentar en Melilla.

Al ver el alcance del mensaje, la agencia amplió el teletipo, aclarando que la noticia no era suya,   no había podido ser contrastada y había sido sacada de dos medios marroquíes que habían dado la misma información, el mismo día. En periodismo, dos más dos siempre es cuatro. No es descabellado pensar que los dos periodistas han tenido la misma fuente, identificada por ambos como cercana a los investigadores.
Marruecos no es España. Aquí llamas al gabinete de prensa de un ministerio y aunque tarden, en el 99,9% de los casos te responden a lo que preguntas. Especialmente bien han funcionado estos años los del Ministerio del Interior, Defensa y las direcciones generales de Policía Nacional y Guardia Civil.
Hasta ayer, las autoridades marroquíes no habían abierto la boca ni para desmentir ni para reafirmar la información. El que calla, otorga. La pregunta es de cajón. ¿Por qué iba Marruecos a filtrar una noticia tan delicada?
La respuesta nos la da un experto en Inteligencia y Seguridad Privada: Marruecos quiere que España crea que está trabajando para protegerla.
Y en todo este dime que te diré, Melilla es la víctima colateral. Porque mientras Rabat hace gala de su excelente labor de apoyo en la lucha antiterrorista, a los melillenses se nos puso la piel de gallina al imaginar que un coche bomba podría reventar la ‘paz’ de las fronteras de Farhana y Beni Enzar.
Las empresas vinculadas a la Inteligencia y la Seguridad Privada tienen información que señalaría a Melilla y Ceuta como zonas de paso de yihadistas hacia Argelia y el Sahel. Por eso les cuesta creer que Marruecos no se haya puesto manos a la obra. ¿Cuántas detenciones de terroristas de camino a Argel ha hecho la Gendarmería marroquí en Nador? Ninguna.
En los últimos tres años, el país vecino ha desarticulado una treintena de células yihadistas, siempre dispuestas a atentar en su propio territorio. Una de ellas, por cierto, pertrechada con armas de la Guerra Civil española, según ha podido saber este periódico.
Conclusión: los expertos en Seguridad están convencidos de que Marruecos cree que nos ha metido un gol con su filtración interesada. No significa que por vivir en Melilla estemos libres de la amenaza yihadista.
No, pero tampoco estamos más expuestos que un madrileño o un catalán o un murciano. Si Melilla es paso de yihadistas a Argelia o al Sahel porque la vía de Turquía está “quemada”, ¿de verdad puede entrar en los planes de los terroristas reventar esta ‘ruta’? Nadie quema la puerta por la que quiere salir. España sigue en nivel de alerta 4 (de 5). No podemos fiarnos, pero sí distinguir entre agua y aceite.

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