Os decía, queridos alumnos, que esto tenía más prórrogas que aquella del Manzanares que tuve la suerte de presenciar, o aquella final del 62 del trofeo Carranza que también presencié, entre el Barcelona y el Zaragoza donde se dirimió el ganador por penaltis, novedoso sistema que se inauguró entonces, saliendo vencedor el Barcelona.
Pues bien, queridos alumnos, vamos ya por la sexta prolongación del arresto, y si algo caracteriza a esta es el desconcierto general que reina en el equipo de Illa, Simón, técnicos y demás sabios oficiales.
Ya ni se cuentan los fallecidos. Si lo cuentan es peor. La incógnita se despeja peor que despejaba Campanal, ‘eficaz’ defensa de la tribu palangana que veía una hormigonera y se creía que era un balón.
Pero hemos de ir al diccionario pandemico .Vamos a dejarnos de sutilezas, y vamos a ponernos un poquito serios.
Fallecidos: Ya dediqué una entrada a este vocablo. Pero ya indiqué que daba para más.
En efecto habréis observado, queridísimos, que a todos los neoobservantes de la progrecrutez a los que no se les cae de la boca eso de ‘ciudadanos y ciudadanas’ o ‘españoles y españolas’o ‘niños y niñas’ o ‘diputadas y diputados’, o ‘españoles y españolas’ e, incluso, ‘jóvenes y jóvenas’ o ‘melillenses y melillensas’ y tantas otras facecias presuntamente ligadas a la igualdad de género, al llegar a ‘fallecidos’, no dicen ‘fallecidos y fallecidas’. ¿Porqué? Eso quisiera saber yo.
Pero si escucháis, alumnos pacientes, a Illa, Simón y otros galeotes de la ‘nueva normalidad’, solo hablan en masculino, es decir solo hablan de ‘fallecidos’, dejando a las mujeres en el aura de la inmortalidad.
Espero urgente explicación de la señora portavoz del Gobierno o de la señora Ministra de Igual-da, o de doña Carmen Calvo y otras eminencias que pueblan las nutridas filas del Gobierno.
“Ha vuelto para quedarse”: Absurda frase, especie de mantra pandemico de similar y absurdo significado de esa otra de “que nadie se quede atrás”.
Muy utilizada por la plaga gobernante.
Cabe preguntar: ¿Qué es lo que ha venido para acampar definitivamente entre nosotros? Como creyente, solo pensaba en el Verbo, es decir, en el concepto que intenta explicar la divinidad de Cristo.
No creo que Simón y los suyos se refieran a esto porque ya no lo utilizan ni la clerigalla en general ni mucho menos los funcionarios vaticanos con empleo estable, en particular.
Entonces... ¿A qué se refieren? ¿A la geopolítica? ¿Al fascismo? ¿A la boina? ¿A cualquier esforzado atleta? ¿Al tomate de toda la vida? ¿A algún nuevo disco de los ciudadanos Manolo y Ramón? ¿Todo lo anterior vienen para quedarse?
¡Valiente lío!
Admito sugerencias ruegos y preguntas.
Gobernanza: Otra que tal baila. Creo que la plaga gobernante debe referirse a la acción y efecto de gobernar o gobernarse.
Los neolinguistas creen que usando este término pasan por elegantes y discretos además de modernos y sencillos.
Les daré una mala nueva; el terminacho de marras se definió por primera vez en el Diccionario de la Real Academia de 1803, por lo que ya ha devengado trienios...: “gobernanza” (antiguamente lo mismo que gobierno). O sea, que en 1803 ya se consideraba la palabrita como de uso ‘antiguo’.
Deberían " resetear"para no utilizar nunca más este vocablo . Además de antiguo es una cursilada y eso que tiene un origen anglosajón.Ya sabemos que esas tribus son admirables pero siguen teniendo una indisimulada tendencia a la piratería.Ahi siguen.
Recuento: Algo tan sencillo como es recopilar los datos que las comunidades autónomas envían al señor Simón, referidos a fallecidos, contagiados, curados y asintomáticos por la vírica invasion, se convierte en una pesadilla para quienes escuchan de boca del personaje la emisión de los mismos.
Es un sudoku de imposible finalización además de un enigma, envuelto en un misterio y rematado con un acertijo.
He renunciado a comprender nada de lo que dicen y ponerme en manos de la divina Providencia. Ademas de que no engaña es mucho más fiable. ¡Dónde va a parar!
Es imposible conocer el número de fallecidos/fallecidas. Desde el 25, a Simón no le parece bien informar sobre esto y ha introducido un sistema nuevo de conteo imposible de comprender para el común de los mortales.
Hay fallecidos que al rato desaparecen, muertos que no lo parecen, fallecidos que resucitan... Hay un movimiento de ultratumba dirigido por Simón aterrador y preocupante.
Solo falta un espiritista para completar el cuadro.
Madrid: Rompeolas de las Españas, Villa y Corte, poblachón manchego, capital de España, alzamiento contra Bonaparte, “tumba del fascismo”, “no pasarán”, “ya hemos pasao” (que cantaba Celia Gámez), capital del Estado (así se llega degenerando como aquel banderillero que llegó a gobernador civil), Corte y Cheka. Objeto de amor y odio, como puede apreciarse de lo anteriormente dicho.
Hoy sufre la inquina del sabio Simón y su clandestino equipo de ‘técnicos’, que con la excusa de la salud, no paran de hacerle la puñeta a la ciudad alegre y confiada, inventándose excusas de mal pagador para regatearle ascensos a fases y, de paso, ahuyentar a posibles turistas.
Están pasando los madrileños por una mala racha y se les ve como a gentes peligrosas e insolidarias, hasta el punto de que un vara alta murciano verduguillo y lamerrabel de sus jerifaltes, se permitió aconsejar que ‘los madrileños’ visitantes en su autonomía, fuesen confinados o expulsados de la misma. Lo cual, además de una catetada pueblerina, es una ordinariez. Nada me extraña del exótico espécimen habitante de la huerta del Segura.
¡Ánimo Madrid! En agradecimiento a los nueve años que disfruté de ti. Y no digo ‘¡Hala Madrid!’, porque soy bético y eso sí que no.
Bar: Como comprenderéis, alumnos queridos, no me voy a ceñir a la fría definición de “establecimiento comercial donde se sirven bebidas alcohólicas, no alcohólicas y aperitivos”.
El bar es algo más y, por eso, Illa y su tribu la tienen tomada con ellos y con la barra, como demostramos la semana pasada .
Quizás por eso, en estos días oscuros y de transición, merezcan nuestro apoyo, para que podamos consumir los aperitivos, la Cruzcampo fresquita, la manzanilla helada y la tapita de inmediato. Mejor eso que una amoxicilina, ¿no?, Eso al menos mantiene el maestro Burgos.
Dios quiera que la crisis no acabe con estos santos lugares; que la Cantina, los Salazones, la barra de Los Medios, el Cinema, el Colmao, la Cervecería y tantos templos sagrados del palique y la conversación, como la Hoya, no se vean arrastrados por la ola del virus que sigue entre nosotros.
Me gustaría utilizar el lenguaje que me enseñaron en mi queridísimo Colegio Marianista de Cádiz. Aquel era un lenguaje insinuante, reticente, levemente penitencial, oportunista, a veces trascendente, y siempre con las espaldas guardadas en las Tablas de la Ley.
Intenté utilizarlo en mis años de ingenua travesía política. No funcionó y mis conmilitones me ponían como no valgan dueñas. “Tibio” fue lo mínimo que me decían aquellas tribus asilvestradas. Aquello acabó, gracias a Dios, que como todo el mundo sabe es el Gran Poder.
Por eso dejo tal cual mi papeleta de los bares, con mi deseo salido del corazón, sin mezcla de ningún otro, para que sigan siendo puntos de encuentro, de alegría, frente a tanta ruina y frente a tanta muerte.
Que no le falte agua al elefante.