El viernes, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, resaltó, por fin, la españolidad de la ciudad autónoma con una frase afortunada: “No necesito que nadie me ratifique que Melilla y Ceuta son españolas, como no necesito que nadie lo haga con Madrid, Barcelona, La Coruña o Sevilla”.
Albares pronunció estas palabras en Nueva York, en un encuentro con el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, para tratar el asesinato de Emma Igual, la cooperante española que se encontraba en Ucrania y que fue víctima de un misil presumiblemente disparado por Rusia el pasado 10 de septiembre.
No sabemos si se lo dijo así de claro al ministro marroquí Nasser Bourita, pero sí que existe con Marruecos, según él, "toda una hoja de ruta que se va cumpliendo". Incluso manifestó que ya se estaban produciendo pasos de mercancía de manera aislada, en referencia a las diversas pruebas que ya se han realizado para la aduana y que sin embargo, al menos por ahora, no han permitido ningún otro avance.
El sábado fue tranquilo, entre comillas, con los dirigentes del PP de Melilla de camino a Madrid para la manifestación del domingo, en la que miles de españoles estuvieron protestando contra la amnistía que supuestamente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a conceder a los políticos catalanes presos a cambio del apoyo de Junts y ERC en una eventual investidura.
El presidente local del PP y también presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, permaneció en Madrid, puesto que este lunes tiene fijada una recepción en la Zarzuela por parte del rey Felipe VI, como está haciendo el monarca con todos los presidentes de los gobiernos autonómicos salidos de las elecciones del pasado día 28 de mayo.
Cabe esperar que Imbroda saque rédito de la cita y que, aprovechando las buenas relaciones que la Casa Real española mantiene con la marroquí, le pida a Felipe VI que interceda ante Mohamed VI para que se pueda reabrir la aduana comercial lo más pronto posible.
Y no conviene olvidar que, a partir del martes, toda España estará pendiente de lo que pase con la investidura del candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo. Está por ver si el dirigente popular obtiene los cuatro votos más que necesita. Una vez que haya Gobierno, entonces podrá Imbroda plantear al Estado todas las necesidades que, desde que volvió al poder, observa en la ciudad, que no son pocas.