Fue hace nueve años cuando Francisco José Cazorla Granados, un historiador de la Universidad de Málaga, se encontraba buscando nombres españoles que hubiesen contribuido a la construcción de los Estados Unidos de América. Visitaba también Estados Unidos junto a su esposa, Rosa María García Baena, también historiadora, donde tienen algunos amigos. Es entonces cuando Luis de Unzaga y Amézaga llega a sus vidas en una pequeña reseña enciclopédica.
Ahora, Cazorla, en colaboración con García Baena y José David Polo Rubio, cuentan en un libro académico, aunque de forma muy resumida, la historia de Luis de Unzaga, un militar y comerciante español que, aunque bajo la orden del Imperio Español de Carlos III y Carlos IV, colaboró a George Washington (Jorge, como pone en las epístolas) en la construcción de Estados Unidos, con su red de comerciantes españoles, antes de que lo hiciesen los franceses, y además, junto a su esposa, Isabel de Saint Maxent, creó las primeras escuelas bilingües. Los historiadores han sacado toda esta información de los documentos que han ido encontrando, facturas, dotes, padrones.
Este español, nacido y fallecido en Málaga (1717-1793), da nombre a alguna calle en el Estado de Luisiana, donde llegó a ser Gobernador a mediados del siglo XVIII, fue comandante general de todas las costas del Reino de Granada. Este territorio era, antes de que se formase Andalucía en 1981, Granada, Almería y Melilla; es decir, lo que es toda la parte de Andalucía oriental.
Cazorla cuenta que lo único que encontraba en una enciclopedia Larousse, era que Unzaga se dedicaba al contrabando en el río Misisipi, y al parecer con el beneplácito del rey. Esto le llamó la atención y más aún que Carlos III le permitiese inaugurar la Capitanía de Venezuela, de quien fue su primer capitán. Aunque después también se encontró al frente de la Capitanía General de Cuba. La traducción de contrabando al inglés es ‘free trade’, lo que literalmente en español significa ’libre comercio’. Por lo que el historiador defiende que se trataba de una acción permitida, legal, que entonces se desarrollaba también en la época de los ministros ilustrados españoles como Floridablanca o Aranda. Además, fue cuñado de Bernardo de Gálvez, malagueño que llegó a ser virrey de Nueva España.
Según el historiador, aunque fuese el economista Adam Smith, quien creó el concepto del libre comercio, De Unzaga ya lo ponía en práctica a lo largo del Misisipi. Este río atraviesa todo el centro de Estados Unidos, desde el norte de Canadá hasta Nueva Orleans.
Por todo eso, Cazorla comenzó a ir al archivo. El primero que pisó fue el Archivo de Indias en Sevilla, y después al ver que este personaje había nacido en Málaga, decidió pasarse por allí. Le pillaba más cerca, pero costó encontrar las partidas de bautismo y de defunción, encontraron documentos, pero las fechas bailaban al principio hasta que fueron encontrando más y más datos que les permitió definirlo. Este personaje no estaba muy trabajado y a raíz de la investigación la vida de Luis de Unzaga se tornaba cada vez más interesante.
Cabe mencionar que incluso la CIA, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, reconoce a Unzaga como uno de sus precursores en su página web, junto a los franceses. Cazorla asevera que los datos se presentan del revés, que fue antes la colaboración española que la francesa y lo avalan las fechas y la documentación que ha encontrado.
Desde este descubrimiento, fueron averiguando muchas coas, como la inauguración de varias escuelas publicas y bilingües, las primeras de su época, sostiene el historiador. Este hallazgo fue apoteósico para Cazorla. Otorgaba otra pincelada de preocupación social e intelectual al personaje Luis de Unzaga, como personaje ilustrado de la época. Además, encontraba en contacto directo con los reyes, con Carlos III y Carlos IV, mediante cartas, y también con sus ministros. Al parecer en esa época de tenían mucho interés en un tercio del territorio de lo que fue después Estados Unidos.
Contactos con Washington
Cazorla cuenta orgullosos cuando cuenta el momento en el que encontró a Washington entre las cartas de Unzaga. Aparece como Jorge, en español. Aunque también hay cartas en francés. Según el historiador la relación entre estos personajes es muy buena y contactaba con él directamente, de la misma forma que también lo hacían los ministros españoles.
Asimismo, durante el tiempo en el que Luis de Unzaga fue Gobernador Luisiana también se liberó a presos que fueron posteriormente personaje muy importantes para posterior creación de la nación y la sociedad estadounidense. Como a los cabecillas de Nueva Orleans, los grandes que comenzaron con la masonería.
Durante la época de la Guerra de los Siete Años (1756-1963), en todos los pueblecitos americanos que en teoría eran territorio inglés, también había comerciantes españoles. Estos iban relatando todo lo que sucedía a Unzaga. “Eran como la central del servicio de la CIA”, dice Cazorla. Además, parece ser que entre militares se informaban de todo también, “de rango a rango”, ya que se encontraban bajo secreto militar. Pero siempre fieles al Reino de España.
Tras la guerra de las Trece Colonias, Unzaga comenzó a pasar pólvora, fármacos, mantas, etc hasta que ya llega un momento en el que ya la guerra es total, y necesitó refuerzos, que vinieron de la mano del rey, con dos históricos espías que supieron infiltrarse entre el ejército inglés.
El conciliador
Entre otra de las anécdotas, se encuentra cuando se aproximó al continente americano el entonces príncipe de Gales, Guillermo IV. Unzaga y su esposa le recibieron en el palacio de La Habana, cuando el español se encontraba al frente de la Capitanía General. Al parecer hubo hasta fuegos artificiales, ya que Cazorla cuenta que han encontrado documentos donde consta que se empleó pirotecnia. En ese momento intercambiaron prisioneros, así como el territorio de las Bahamas por Florida. De esta forma España inició la recuperación de Florida.
Las buenas dotes diplomáticas de Unzaga le hicieron que se ganase el sobrenombre de ‘el conciliador’. Consiguió con este príncipe, adelantarse a la Paz de París. Como capitán general, en Cuba, manda a los embajadores españoles, entre ellos a Francisco Rendón y a Diego Gardoqui (quien podría ser familia de Unzaga), tanto uno como el otro, anuncian en las colonias que ha llegado la paz.
Este hecho, que Unzaga hubiese enviado a los embajadores para anunciar la paz en las colonias, se encuentra recogido en los documentos de la época que encontraron los historiadores. “Los libros cuentan que es Francia, pero no, están equivocados, fue este hombre”, decía, aunque también había que reconocer que su esposa, Isabel de Saint Maxent era francesa.
Así, de esta forma la vida del que fuera comandante general de las costas del Reino de Granada y Gobernador de Luisiana, entre tantos cargos que ocupó, resulta repidante, aunque no solo la suya, la de muchos de sus familiares. De esta forma, fue coetaneo de muchos personajes con los que tuvo de alguna forma relación, ya sea Jorge (George) Washington, Benjamin Franklin, los reyes de entonces y sus ministros, e incluso el Conde de Montijo o el de Torrijos. En sus últimas etapas, Unzaga y su familia mantuvieron en España, concretamente en su Málaga natal, donde continuaron sus descendientes
Los descendientes
Toda la historia y con todo detalle puede leerse en la biografía publicada por estos historiadores. La obra, ‘El gobernador Luis de Unzaga’ ha sido editada por la Fundación Málaga. Desde la institución divulgarán esta obra en aquellas librerías que lo soliciten.
La obra biográfica de este malagueño ilustre fue presentada el pasado mes de noviembre por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Fundación, Juan Cobalea. En el acto estuvo presente también el presidente internacional de la compañía Airbus, Rafael Tento, quien es descendiente directo de este personaje histórico y cuyos familiares se encuentran en Melilla.
Isabel de Saint Maxent: Filántropa, políglota y pionera en el sistema educativo público bilingüe
La esposa de Luis de Unzaga, Isabel de Sain Maxent también es una parte trascendental en toda esta historia. De origen francés, aunque nacida en Nueva Orleans (1752), y bastante más joven que su marido, fue una mujer muy inteligente que ayudó en numerosas ocasiones a Unzaga en sus negociaciones. El hecho de que dominase el inglés, además del español y el francés, pudo haber ayudado mucho en en las conversaciones con Guillermo IV en La Habana para llegar a ese consenso de la Paz de París.
Saint Maxen también fue pionera, junto a su marido, en la creación del sistema educativo público bilingüe, de modo que las escuelas eran todas gratuitas. Además fue ella, la primera mujer en que apareció en los documentos oficiales de los padrones eclesiásticos de la Diócesis de Málaga como “Excelentísima señora doña”. Su familia era muy pudiente, y tenía mucha actividad económica. Carzola indica que llegan a mencionar en varios libros de historia franceses y alemanes a la familia De Unzaga como su fuera “de las grandes de la época”.
Sin embargo, tal y como explica el historiador, en España se persiguió todo lo que tenía que ver con lo liberal y lo ilustrado, cree que se quemó casi toda esa documentación. Isabel también tuvo que encargarse de la educación de sus sobrinos, cuando metieron a la cárcel a su hermana Felicidad, la esposa de Bernardo de Gálvez, por afrancesada y porque hacía tertulias literarias en Madrid con varios pensadores de la época. Cazorla recuerda que una vez fallecido Unzaga, Isabel de Saint Maxent sigue trabajando por esa libertad e Ilustración que había adquirido, y como filántropa que era, creó también una sociedad para niños expósitos.
Esta institución que fue la primera de este tipo en España, la llevaban mujeres. Esta sociedad de mujeres además ayudaban a otras que se hallaban en la calle, donan vestidos, les buscaban colegio a ellas y a sus hijos; ayudan a los militares llevándoles nuevos uniformes y camisas. Cazorla y sus compañeros, creen que la figura de Isabel de Saint Maxent de Unzaga, como le gustaba a ella firmar, tuvo que haber sido también muy importante para la historia.