Para conocer un poco más la historia y la cultura militar de Melilla, El Faro ha visitado la sala histórica del Regimiento de Ingenieros, una Unidad que ha aportado mucho a la urbanización de la ciudad y que va camino de cumplir 145 años desde su creación. El encargado de explicar cada detalle presente en ella ha sido el brigada José Senén, que ha realizado un recorrido por los objetos más importantes que alberga la sala y que tienen un gran valor sentimental para el Regimiento.
Con la finalidad de comprender un poco mejor su importancia, se hace necesario echar la vista atrás hasta los inicios de esta Unidad.
Este Regimiento proviene del 4º Regimiento de Zapadores Minadores, que se creó en 1877, con guarnición en Guadalajara y que pasó a formar parte del frente en la III Guerra Carlista. Terminada la contienda de la guerra, se asentó en Barcelona donde permaneció hasta el año 1988 cuando fue trasladado a Lérida. Debido a la reorganización del Ejército dentro del "Plan Norte" este Regimiento desaparece.
Del II Batallón de este RING nº4, crea en 1904 el Regimiento de Ingenieros nº7 en Valencia, que es enviado a Melilla en 1910 por la necesidad de las campañas hasta hoy.
Algo en lo que ha incidido el brigada Senén es en puntualizar que antes de la llegada del regimiento a Melilla ya había zapadores. Se llamaba la Compañía Expedicionaria porque, según explicó, venían a la ciudad durante un tiempo, realizaban su misión y luego volvían a sus unidades originarias en la península.
Durante su casi siglo y medio de vida, el Regimiento ha tenido distintas denominaciones desde aquel primer 4º Regimiento de Zapadores minadores con guarnición en Guadalajara hasta el actual Regimiento de Ingenieros nº8. En un primer momento, estuvo ubicado en el acuartelamiento conocido como ‘Zoco Fondak’ donde se ubicaron durante más de 100 años.
Prueba de su historia y hazañas son las numerosas piezas que alberga la sala histórica. Desde fotografías antiguas, maquetas y objetos que han pertenecido a ingenieros hasta importantes cuadros. En una de las paredes de la sala podemos encontrar varias imágenes de los coroneles que han estado en la Unidad, destacando al coronel López Posa, jefe de los ingenieros en 1921.
La sala histórica de Ingenieros está dividida en varias partes según sus diferentes temáticas. El recorrido que realizó El Faro comenzó en la exposición dedicada a las distintas especialidades que han tenido los ingenieros a lo largo de su historia. Tal y como ha destacado el brigada José Senén, el Regimiento de Ingenieros era antiguamente considerado como Cuerpo.
Una de estas especialidades es la aviación, que hoy en día pertenece al Ejército del Aire. "El germen original de la aviación fue el cuerpo de Ingenieros", apuntó el encargado de la sala histórica, que presentó a varias pilotos que merecen un gran reconocimiento. Uno de ellos fue el capitán Boy Fontelles, que falleció en Melilla en acto de servicio. Su figura es importante, ya que él mismo diseñaba los aviones que pilotaba.
Otro de los objetos de esta parte de la exposición es una copia del panel que muestra las distintas estaciones de ferrocarril que había en Melilla en 1909. La original se encuentra en la Academia de Ingenieros. En él vienen reflejadas las diferentes estaciones que había en Melilla como Hipódromo, Casa Cabo Moreno, Blockhause, Velarde y Segunda Caseta, ubicada saliendo de la frontera.
"Aunque el ferrocarril aquí en Melilla se empezó a utilizar primero por razones de la explotación de las minas Uixan, luego se hizo imprescindible para el movimiento de tropas. Primero se proyectó uno con un ancho de vía de un metro, pero también se puso en marcha el tracto carril, que tenía un ancho de banda de 60 centímetros", recalcó.
El tractocarril era mitad camión, mitad tren. Tenía unas ruedas motrices distintas y poseía un carretón que servía como guía. La utilidad de este vehículo radicaba en que podía salvar muchas pendientes, mover muchas tropas y todo ello con poco esfuerzo. De patente inglesa, fue todo un avance.
Algunos de los objetos presentes en la sala son importantes debido al valor sentimental que tiene para el Regimiento. Uno de ellos es la orla que representa a los oficiales que fallecieron en la campaña de 1921, destacando al capitán Arenas. Su autor es Andrés Contreras y fue realizada en el año 1924.
Continuamos con una fotografía en blanco y negro en la que se puede ver la última celebración de San Fernando, Patrón de Ingenieros, en la que el Comandante General de Melilla de aquel entonces, el general Silvestre, presidió. Fue el 30 de mayo de 1921, poco tiempo antes de su fallecimiento en las campañas.
Uno de los puntos más importantes sobre el Regimiento de Ingeniería es su aportación a la urbanización de Melilla, que queda reflejada en muchos de los edificios importantes que hay presentes en la ciudad.
A principios del siglo XX con el boom de la expansión urbanística, algunos ingenieros militares trabajaron para la junta de arbitrio, el predecesor de lo que sería un ayuntamiento.
Fue precisamente Francisco Carcaño quien fue nombrado en 1920 como ingeniero de la Junta de Arbitrios. Durante su etapa en Melilla como capitán fue quien proyectó la fachada de la Iglesia Castrense. También se le atribuye el proyecto de la desviación del Río de Oro o el Colegio del Buen Consejo.
Y es que labor que hicieron los ingenieros en Melilla ha sido muy importante. Se hace necesario destacar también a figuras como Emilio Alzugaray, artífice espacios como el Casino Militar, el colegio la Salle o el principio del ensanche modernista o José de Gándara, autor del Hospital de Cruz Roja, la Comandancia o el panteón de héroes del Cementerio de La Purísima.
"Hasta prácticamente la aparición de los arquitectos civiles, ya en la época de Enrique Nieto, entre otros, solamente eran ellos los que se encargaban de todo. Y cuando hablamos de todo, no solamente proyectaban, sino que inspeccionaban la obra de canalización, de las luces o de la potabilización del agua. Eran muy importantes", aclaró.
La sala histórica de Ingenieros se puede dividir en dos estancias aunque no hay nada que la separe físicamente, únicamente la temática.
Si hay un objeto que sobresale por encima de los demás en esta parte de la sala histórica es un cuadro del capitán Arenas que representa los momentos antes de su muerte. Aunque el brigada Senén asegura que no hay un objeto más importante que otro debido a que todos los militares que han formado parte de la Unidad han puesto "su grano de arena para crear la historia que tiene este regimiento", por su carácter laureado sí que podemos resaltar la obra pictórica. Además, remarcó que Arenas cumple con todas las virtudes que debe tener un militar. "Esto es como un equipo, así funciona el Ejército", añadió.
El cuadro es obra del pintor historicista español Ferrer-Dalmau y muestra al capitán Arenas en la "extrema retaguardia" intentando facilitar la entrada de las tropas propias al acuartelamiento Monte Arruit debido a que estaba siendo hostigado por el enemigo. "Al final viene a representar lo que era el capitán Arena, que es todos los valores que todo militar debe de tener", comentó. Por su heroica acción, a Arenas le concedieron la cruz laureada de San Fernando a título póstumo en 1924.
Bajo el cuadro del capitán arenas, se halla un sable que los compañeros de promoción regalaron a la mujer del capitán y que su familia donó al Regimiento.
También se le guarda especial cariño a la Bandera de España que fue donara al Regimiento en 1985 y que aguardan en la sala histórica. No podemos olvidar a la figura del protector de todos los ingenieros, a San Fernando. Una escultura que ha sido restaurada hace no mucho y que se recuperó de la antigua capilla que había en el acuartelamiento del Zoco.
En relación a la protección y conservación del fondo museístico, el brigada Senén destacó la necesidad de tener deshumidificadores por todo el espacio para evitar que objetos tan delicados, con tanta historia y valor se puedan dañar. "Normalmente los regimientos siempre tienen personal para las salas históricas. No lo tenemos en exclusividad, pero es una de las misiones que tenemos. Es parte de la identidad de la unidad y es nuestra obligación conservar lo que tenemos", hizo hincapié.
La mayoría de los fondos de la sala son objetos donados por militares o familiares, además de los pertenecientes al propio regimiento que han sido trasladados al acuartelamiento Capitán Arenas desde el anterior en el que se ubicaban.
Estas son solo algunas pinceladas de una sala histórica llena de recuerdos, que puede visitar cualquier melillense que lo desee. Para ello, deben ponerse en contacto con la Comandancia General de Melilla a fin de solicitar permiso. El brigada Senén anima a los ciudadanos a conocer esta sala. "No solo una sala que a nivel sentimental sea importante sino que también es parte de la propia Melilla y está abierta a todos los melillenses".
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