Garbín asegura que el fallecido es mayor de edad.
A principios de mayo, unos operarios instalaron en el lateral del faro de Melilla La Vieja una verja con la finalidad de disuadir a los menores e inmigrantes de su intención de descender y escalar la pared rocosa en esta zona para acceder a las instalaciones portuarias. Dada la ineficacia de esta medida y tras la muerte de un varón de origen magrebí, cuyo cadáver fue rescatado el pasado martes, ayer El Faro no pudo averiguar quién tomó la decisión de instalar esta peligrosa estructura metálica. Desde el gabinete de prensa de la Delegación del Gobierno dijeron creer que no era suya, mientras que la consejera de Bienestar Social, Mª Antonia Garbín, declinó entrar a valorar este punto. “No voy a entrar en este tema”, afirmó a El Faro. Por su parte, desde la Autoridad Portuaria explicaron a este diario que el faro de Melilla La Vieja es competencia suya, pero el inmueble fue cedido a la Ciudad Autónoma a través de una concesión para ubicar allí la sede de la Fundación Melilla Ciudad Monumental. Por tanto, la decisión de instalar la verja no partió de la Autoridad Portuaria, insistieron.
La consejera de Bienestar Social, Mª Antonia Garbín, aseguró ayer, en declaraciones a El Faro, que el varón de origen magrebí rescatado cadáver del fondo del acantilado bajo el faro de Melilla La Vieja el pasado martes, es mayor de edad. Aunque todavía no hay una confirmación oficial de la edad de la víctima, pues se sabrá “más adelante”, Garbín explicó que “según lo que me cuentan” se trata de un adulto. Así lo aseguró ayer también el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, quien explicó que el fallecido tenía 18 años a tenor de las declaraciones de un conocido de la víctima con el que los investigadores habrían contactado. Se trata de un testigo sin identificar y del que se desconoce qué relación tenía con el fallecido, pero que, según esta referencia, permitió afirmar a El Barkani de que el joven es adulto.