La directora de teatro Alejandra Nogales presenta en su ciudad natal esta obra de teatro sobre cuatro miradas diferentes de una sociedad
Son cuatro mujeres ‘normales’. No hay nada en ellas que las haga destacar y sin embargo, son especiales. Cada una tiene una forma particular de ver la vida. Está la que mira hacia el futuro, la que no para de echar un vistazo al pasado, la que no cesa de mirar hacia los lados y la que no sabe ni dónde mirar porque se encuentra totalmente perdida. Son cuatro mujeres que por casualidad coinciden en una sala y sin más puntos en común que ese espacio, hablan sobre su día a día. No han sabido llevar las riendas de su vida, no desean estar en esa ‘sala de espera’, en ese punto de su existencia y por ello, planean salir de allí. Ésta es la esencia de la obra de teatro que la directora Alejandra Nogales trae hoy su ciudad natal enmarcada en las actividades del Día de la Mujer organizadas por la Ciudad.
Nogales aseguró ayer a El Faro que esta representación, que será 19:30 horas en la UNED es un homenaje a Carlos Rico, un autor de teatro. El guión de ‘Sala de Espera’ nació de las mujeres que aparecen en los libros de Rico. Fueron escogidas para coincidir en un espacio del que no se dan detalles, ya que es el espectador el que debe decidir, según su momento vital, qué sala de espera escoge.
La directora melillense asegura que en la obra se ven diferentes formas de vivir la vida y se analizan temas que afectan a cualquier mujer, como el mundo laboral o la maternidad. De hecho, dos de los personajes son madres, una de ellas está intentando que su marido acepte a su hijo gay y la otra se queja de que su hija es muy fea.
En la obra se habla incluso de las trabas que se encuentran las mujeres a diario para conseguir sus retos. Así, Nogales destaca una de las frases de los personajes: “¡Qué débiles debemos de ser las mujeres para tener un instituto que nos defienda!”.
Joven y mujer
La directora melillense aseveró a El Faro que tiene que luchar más y demostrar a diario que es una buena profesional por el simple hecho de ser mujer y joven. Durante sus estudios para ser directora ya le tocó pelear con adultos para conseguir un teatro o una sala de ensayos, pues le asignaban las peores. Sin embargo, esa experiencia le ha ayudado a enfrentarse al mundo real, donde las cosas siguen siendo difíciles para una mujer joven que desea dirigir obras de teatro.