El autor fue detenido en 2014 en el puerto con 17 paquetes de hachís ocultos en su vehículo.
Tres años y un día de prisión. Ésa es la condena que le espera a Abdelkarim G. después de que el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla dictase sentencia ayer declarándolo culpable de un delito contra la salud pública por intentar trasladar a la península 11,3 kilogramos de hachís.
Los hechos sucedieron el 23 de julio de 2014 en la estación marítima de Melilla, donde el autor confeso fue arrestado tras descubrir la Guardia Civil en los bajos de su automóvil 17 paquetes ocultos con la droga.
Al juzgado por su propio pie
Abdelkarim G. acudió a los Juzgados por su propio pie, sin escolta policial, pues permanecía en libertad con cargos desde el 2 de septiembre de 2014, cuando abonó una fianza, según comentó la juez a El Faro tras la finalización de este juicio rápido. Sin embargo, no reveló la cuantía de dicha fianza.
El juicio a esta persona fue el primero de los celebrados ayer en el Penal número 2. El acusado se presentó solo y con suficiente antelación, algo no siempre frecuente en las personas que van a comparecer ante un juez. Aparte, desconocía qué abogado de oficio lo defendería en el proceso.
También el letrado ignoraba cuál de los presentes en el pasillo era su defendido. “¿Quién es Abdelkarim?”, preguntaba.
Conformidad
Al encontrar a su cliente, el abogado le planteó una sencilla estrategia de defensa, conminándole a que aceptara su culpabilidad en los hechos y declarase su conformidad con la pena que el Ministerio Fiscal se disponía a solicitar a la juez.
Tras leer los cargos y la condena propuesta por la fiscal, la juez le preguntó al acusado si mostraba su conformidad con lo que acababa de escuchar, a lo que éste respondió de modo afirmativo.
Aparte de la condena de prisión, la sentencia aplicada a Abdelkarim G. incluye asimismo una multa de 16.947,94 euros, cantidad en la que está valorada la droga incautada.
La juez ordenó además el decomiso del vehículo en el que el condenado transportaba las sustancias estupefacientes, así como la destrucción de la droga que el autor del delito pretendía transportar a suelo peninsular.
Entre su detención y su puesta en libertad tras el pago de la pertinente fianza, Abdelkarim G. pasó apenas mes y medio entre rejas. Ese periodo de tiempo, aunque escaso, ha sido tenido en cuenta por la juez al dictar sentencia, por lo que se le descontará de los tres años y un día que deberá pasar en la cárcel por su conducta, tipificada en el artículo 368 del Código Penal.