Cuando llega la Navidad, a la hora de celebrar estas fechas sigue siendo habitual lanzar petardos y cohetes en los días señalados. Una tradición que genera ansiedad y estrés a las personas mayores y con autismo, pero también a muchos animales, que lo pasan muy mal a causa de esto.
La experta veterinaria de Clinicanimal, Nuria Gómez, señala que tanto los perros como los gatos tienen un sentido del oído “muy desarrollado”, por lo que estos animales son muy sensibles a los ruidos. Por eso, en épocas festivas como es la Navidad pueden sufrir “crisis de distinta intensidad, derivado de las altas dosis de adrenalina y cortisol que provocan ellos”.
Los temblores, ladridos, aullidos o jadeos son algunos de los síntomas que los animales tienen cuando llegan a un alto nivel de estrés, como es el caso de los petardos, los fuegos artificiales y otros estruendos que activan su sistema de alerta.
Es lo que le ocurre a Pelayo, el gato de Malena. Esta joven melillense asegura que su mascota lo pasa fatal cuando en la ciudad tienen lugar este tipo de eventos tan ruidosos. Cuando el pasado mes de septiembre se lanzaron los fuegos artificiales por el Día de Melilla su gato salió corriendo e intentó esconderse detrás de la lavadora o el frigorífico.
“Estaba muy asustado, y eso que tenía todas las ventanas y puertas cerradas a cal y canto”, cuenta. Al final optó por cogerlo y encerrarse en el baño con él para tranquilizarlo y proporcionarle un sitio seguro hasta que terminase el espectáculo.
Este, dice, fue un caso más extremo. Normalmente intenta poner música y que haya más ruido en casa para que Pelayo no se de cuenta a lo que ocurre fuera y se lo tome con indiferencia. “En Navidad haré lo mismo. Cuando llegué la hora pondré villancicos a todo volumen para que no se escuche nada. Además, como también viene mi familia, habrá mucha gente en casa y estará distraído”, señala.
Como al gato de Malena, son muchos los animales en la ciudad –y en muchas partes del mundo– que sufren en estas fechas tan señaladas por estos fogueos tan ruidosos de los cohetes y petardos. Cabe recordar que el año pasado un perro entró en pánico con los fuegos artificiales de Melilla y se precipitó por el balcón, muriendo.
También es cierto que, afortunadamente, hay muchos animales que lo llevan mejor y muestran más indiferencia ante estos ruidos.
Aún así, como sigue siendo el caso de muchos, para intentar evitar estas crisis de ansiedad y mantener el bienestar de los peludos, la doctora asegura que es fundamental seguir algunas recomendaciones que propone la Tiendanimal durante estas Fiestas, que ayudarán a que se sientan más seguros y tranquilos en casa.
Lo primero que es no dejarles solos cuando van a comenzar los fuegos artificiales o los petardos se encuentran en su máximo apogeo porque nuestra compañía les aporta seguridad y serenidad, evitando que incremente su ansiedad antes, durante y después.
Es importante que tengan preparada una zona de paz, es decir, una especie de refugio con su mantita –como puede ser el transportín– para aumentar esa sensación de seguridad durante el momento del fogueo. Igualmente se recomienda tener las puertas y ventanas cerradas para aislar el ruido y evitar que los animales salgan precipitados a la calle.
La experta también recomienda hacer ejercicio previo con ellos. De esta manera estarán cansados y tranquilos cuando llegue el momento. Sacarlos a pasear o jugar con ellos puede ser de gran ayuda.
Por otro lado, nosotros, como humanos y sus figuras de referentes, es importante que permanezcamos tranquilos en esta situación, mostrando indiferencia ante el ruido que pueda llegar de la calle y no transmitirles ningún tipo de nerviosismo.
En ese sentido, es fundamental no enfadarse con el animal si se ponen nerviosos porque puede producir el efecto contrario: alterarlos aún más. Reñirles o gritarles solo empeorará su estado de nervios y alargará su vuelta a la normalidad una vez pase todo.
Tampoco es aconsejable darle recompensas en los momentos más críticos; lo mejor es concentrarlas una vez haya pasado la tormenta y vuelvan a estar tranquilos. Lo correcto es que tengan su espacio y mimarlos con los snacks y los juguetes una vez haya terminado todo.
¿Qué ocurre si tenemos casos más extremos? Si hay riesgo de que el animal pueda descontrolarse, desde Tiendanimal recuerdan que hay una gran variedad de suplementos calmantes para perros antes de probar con algún fármaco tranquilizante. Pero, sin duda, “lo más recomendable es seguir los consejos de nuestro veterinario, que será quién mejor pueda determinar qué producto será más beneficioso para nuestro animal”.
Si aún así, con todas estas recomendaciones, los petardos y fuegos artificiales se conviertan en fobia, es aconsejable buscar la ayuda de un experto en comportamiento animal (como un etólogo) para que nos ayude con el caso.