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Comerciantes de Beni Enzar barajan cerrar sus negocios toda una semana

Quieren protestar por los controles estrictos en la frontera que dicen, están ahogando sus negocios. Ya ha cerrado un local de la zona y el sector cree que los demás empresarios “caerán como moscas” si no se soluciona el conflicto.

Los comerciantes de la frontera de Beni Enzar no se dan por vencidos y barajan organizar un cierre colectivo durante toda una semana para protestar por el monumental descenso de ventas y clientes que han sufrido desde que el pasado 21 de octubre la Delegación del Gobierno desvió el tráfico de mercancías hacia Barrio Chino y comenzó lo que ellos llaman un “control estricto” de las bolsas que  sus clientes pretenden sacar a Marruecos por el principal paso fronterizo de la ciudad.
De momento los comerciantes están averiguando si este tipo de protestas es legal y cómo tienen que organizarla. “Queremos hacerlo bien”, comentó ayer a El Faro Abdelkader Abdeselam, portavoz de los empresarios de la zona.
Aunque el ‘pataleo’ de los comerciantes se ha escuchado menos en las últimas semanas, nada ha cambiado desde la última reunión que mantuvo el sector con el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, el pasado 20 de noviembre. “Es una vergüenza lo que está pasando. Estamos paralizados. A todo el que pasa por la frontera con una bolsa, lo paran. Ya ha cerrado el primer comercio. Los demás iremos cayendo como moscas si no se encuentra una solución al problema”, añadió Abdeselam.
Según comentó ayer a El Faro, él mismo ha vivido en primera persona el control férreo en la frontera de Beni Enzar. “Iba a salir a Marruecos a pie, acompañando a un juez marroquí que vino a la ciudad a dejar su coche para que pasara la revisión en la casa Volkswagen. El juez compró un interfono de 54 euros y lo llevaba en una bolsa. Yo llevaba otra bolsa con dos kilos de nueces y nos pararon y nos revisaron las dos bolsas. Le expliqué al agente que mi acompañante era un juez marroquí que venía a Melilla a revisar su coche y aún así le pidió que se identificara. Nos dijo que el contrabando se ha acabado”, relata Abdeselam.
Situaciones como ésta, insiste el portavoz de los comerciantes de Beni Enzar, “están promoviendo que la gente se vaya y no vuelva a Melilla. Cada agente de la frontera aplica su criterio a la hora de controlar la frontera”, recalcó.
La versión de los comerciantes contrasta con la que han dado a este periódico fuentes policiales del principal paso fronterizo de la ciudad, que afirmaron que los controles no se están extralimitando porque incluso ayer mismo se pudo ver a personas saliendo de Melilla hacia Marruecos cargados con cartones de leche.

‘Espantada’ de clientes
Abdelkader Abdeselam explicó además ayer a El Faro que el ‘cierre’ de Beni Enzar está afectando no sólo a los comerciantes de la frontera, sino también a empresas de transporte y distribuidoras que tienen paralizada en Málaga la mercancía destinada a Melilla.
Los empresarios de la frontera, insiste el portavoz de los comerciantes, se han encontrado con que tienen serias dificultades para conseguir dinero para pagar el alquiler de los locales que regentan y no han tenido más remedio que aplicar, en muchos casos, una bajada de precios que roza las pérdidas para poder sacar algo de efectivo.
A pesar de estas rebajas forzosas “para quitarse mercancía de encima”, la clientela marroquí ha bajado de forma espectacular en los dos últimos meses. “El presidente Imbroda dice que quiere atraer al turismo de clase media de Marruecos. Tenemos que empezar por cuidar el que tenemos. Esto se llama pensar en el futuro, que además es incierto”, recalcó Abdelkader Abdeselam.
En su opinión, no sólo han dejado de entrar en Melilla las personas que vienen a la ciudad a comprar, por ejemplo, cerveza, que es un producto que no hay en Marruecos. “También han dejado de venir a los restaurantes melillenses los representantes de empresas a los que habitualmente los empresarios marroquíes invitaban a comer en Melilla para darles un trato más especial”, señala.

No hay nada perdido
Consultado por El Faro sobre si los comerciantes han perdido la batalla por el paso de pequeñas bolsas con mercancía por Beni Enzar, Abdelkader Abdeselam es contundente: “Aquí no hay nada perdido. Los comerciantes no tenemos fronteras, ni color político. No estamos ni con CpM ni con el PP. Lo que estamos es jodidos con nuestros negocios y hay que buscar una solución para habilitar Barrio Chino porque como está no puede pasar nadie”, subrayó el portavoz de los comerciantes de la frontera.
“Lo más normal es que se hubiera preparado el paso fronterizo antes de desviar el tráfico de mercancías para que la gente que venga a comprar en Melilla pueda salir en poco tiempo y sin problemas. Luego que pongan la frontera inteligente y lo que quieran poner”, concluyó.
Para hablar de todos estos temas, los comerciantes de la zona de la frontera de Beni Enzar están avisados de que a principios de la próxima semana habrá un encuentro con el delegado del Gobierno, Adelmalik El Barkani. De la reunión esperan salir con alguna solución bajo el brazo.

Los hosteleros proponen que Melilla y Nador busquen por su cuenta solución a la frontera

El presidente de la Asociación de Hosteleros de la ciudad, Amaruch Hassan, propone que los ‘gobernadores’ de Melilla y Nador busquen juntos y al margen de Madrid y Rabat una solución duradera a los problemas de la frontera. “Tienen que sentarse, buscar los puntos negros y solucionarlos”, comentó ayer a El Faro.
En su opinión, “somos nosotros, los melillenses, los que vivimos aquí, y los que tenemos que solucionar el problema de una frontera que está acabando con la clientela marroquí en los bares y restaurantes de la ciudad”.
Según Hassan, la frontera tiene “ahogado” el sector de la hostelería en Melilla. “Los clientes marroquíes vienen a ver la ciudad, a comer con la familia, pero ahora quién va a venir para tirarse dos horas en la cola, esperando para entrar y que luego les hagan darse la vuelta si les falta cualquier cosa. Es preferible ir a Málaga en avión, tardar media hora en la ida y otra media en la vuelta; hacer allí lo que se quiera hacer y se pierde menos tiempo que viniendo a Melilla”, comenta el presidente de los hosteleros de la ciudad.
Las colas y “el caos” de la frontera, añade Hassan, están ahuyentando a los clientes de la pujante clase media marroquí. “Es un turismo que no estamos aprovechando. Ya quisieran muchas ciudades tener otro país al lado y nosotros no lo estamos teniendo en cuenta”, recalcó.
Tan mal está el tráfico fronterizo, añade el portavoz de los hosteleros melillenses, que muchos clientes que vienen de Marruecos a Melilla, les dicen a los restauradores que no volverán hasta que se arregle la frontera.
Hassan considera que la ciudad no puede conformarse sólo con el turismo de primera que viene de la península. “Está muy bien, pero sólo nos sirve de relleno cuando vienen en los festivos”, comenta.

Potenciar a hijos de Melilla
Otra de las propuestas de Amaruch Hassan para potenciar la llegada de turistas a la ciudad es aprobar una rebaja en el precio del billete para los nacidos en Melilla. “Los hijos de Melilla deberían tener un descuento similar al que tienen los residentes para que puedan venir más a menudo a la ciudad y no deban esperar a hacer una visita cada uno o dos años. Esa gente puede traer mucha riqueza, pero hay que ponérselo más fácil”, concluyó el presidente de los hosteleros.

Un año 2013 “malísimo” en el que cuenta el problema de la frontera

El presidente de la Asociación de Hosteleros de la ciudad, Amaruch Hassan, aseguró ayer a El Faro que el año 2013 “ha sido malísimo” para el sector. “Hemos notado un bajón importante respecto al año pasado. Quitando los fines de semana, hemos tenido noches sin una sola mesa ocupada. Hay bares punteros en Melilla que han pasado días con cuatro o seis personas en la barra. ¿Quién va a venir a la ciudad con la frontera como está, si la gente viene a gastarse su dinero en los locales de Melilla y se lo ponemos difícil?”, se pregunta.
Hassan recalca que los atascos de la frontera de Beni Enzar no sólo afectan a los comerciantes de la zona sino también a los hosteleros del centro de la ciudad.
“Aquí no hay industrias ni fábricas ni nada. Tenemos que buscar dónde está nuestro punto fuerte y potenciarlo”, insiste.
Asimismo, Hassan defiende que una solución para la frontera de Melilla pasa por buscar también una salida al drama de la inmigración.
El presidente de los hosteleros de la ciudad lamenta mucho que cuando va de visita a Málaga nadie habla de Melilla. “Nadie llora por nosotros. A nadie le importamos”, señala.
Éstos son los argumentos que esgrime Hassan para proponer que los ‘gobernadores’ de Melilla y Nador se sienten a conversar y a buscar soluciones. “Tiene que haber diálogo entre los dos jefes”.

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