La próxima es la clásica de todos los años, la visita a Alhucemas los días 17 y 18 de septiembre. Es la explosión del proverbial hermanamiento entre este nutrido grupo de melillenses con el cercano -y el lejano- mundo de Marruecos. Ya han cumplido medio siglo de vida y el corazón les sigue latiendo a la perfección porque los escorpiones viven a base de espacios libres, contacto con la naturaleza y amistad con quienes se acercan a sus campamentos y acampadas. En la Bocana tienen un medio pueblo de inmenso ambiente. Están algo preocupados porque se dice que la playa marroquí se va a convertir en un centro de turismo y ocio pero por peores momentos han pasado y siempre han quedado resueltos los problemas a base de diálogo e intercambio con las autoridades marroquíes que sabe, por cierto, que Scorpio Melilla es vida y esperanza.
La llegada de la caravana de escorpiones a Alhucemas es un auténtico acontecimiento. Les conocen desde hace años y saben que la visita honra el día a día de la capital del Rif porque los melillenses no sólo van de turismo u ocio sino a convivir con los lugareños ofreciendo su mejor enfoque de amabilidad y deseo de amistad. Las propias autoridades alhucemeñas se ponen en la proa del barco de recepción de la caravana y, si hay cualquier problema, está resuelto de antemano. Saben con quiénes se están jugando la pana: Con melillenses de auténtico lujo.
Pero, además, son institución participativa. Desde que Gregorio Hernández fundara hace ya más de un cuarto de siglo Scorpio, la organización está moralmente vinculada a iniciativas como Feria, Rocío y cuantas ideas fluyen en las instituciones porque quieren marcha y, además, están sumamente agradecidos por la disposición de una sede de lujo allá por la Florentina de Melilla la Vieja, parte de cuyas galerías casi secretas han sido recuperadas para el disfrute de socios e invitados. Gregorio ha sabido delegar a la perfección de manera que preside una Junta Directiva operativa ciento por ciento.
Para pasar a formar parte de Scorpio, hombre, no hay por qué sentirse Indiana Jones sino tener ganas de alternar el día a día a veces aburrido o sistemático con unas salidas al medio natural. ¿Recuerdan aquellas excursiones con las que los maestros premiaban al alumnado?. Bueno, viene a ser lo mismo pero con sistema de trabajo, férrea organización y garantía de disfrute. Y, además, manda el espíritu familiar porque, en definitiva, son una gran familia que se dedica a melillear por los cuatro confines. Son expertos en la mejor gastronomía y en la logística necesaria para hacer posible sus aventuras.
En Marruecos se les quiere tela por su respeto al medio natural y al ser humano. Si el vecino país tiene tradición de hospitalidad lo es, sin duda, por la labor de años de organizaciones como Scorpio que han sabido hermanar por la simple y durísima vocación de sembrar amistades. Feliz estancia en la antigua Villasanjurjo.