La Economía Circular avanza en Melilla. El 100% del aceite industrial usado recogido en la ciudad durante el pasado año se destinó a valorización energética, el tratamiento que permite convertir el residuo en un combustible similar al fuel óleo. Gracias al residuo valorizado fue posible producir 86 toneladas de combustible, evitando así el consumo de cerca de 10.000 barriles de petróleo y la emisión a la atmósfera de más de 50 toneladas de CO2.
El aceite industrial es un producto ampliamente utilizado en diversos ámbitos de nuestra sociedad debido a su versatilidad. Además de su aplicación en los motores de vehículos, se emplea en una gran variedad de procesos industriales y en otras actividades donde se utilizan engranajes y maquinaria de cualquier tipo: desde el pequeño generador de energía de un hotel hasta un aerogenerador en la cima de una colina. Debido a esta diversidad de usos, se generan aceites usados en todos los rincones del territorio.
En 2022, más de 50 establecimientos melillenses de todo tipo generaron 95 toneladas brutas de aceites industriales usados. Más de la mitad de estos establecimientos (35) fueron talleres mecánicos (establecimientos multimarca, multiservicios, concesionarios, mecánica rápida, etc.), constituyendo la actividad de mayor generación de este residuo peligroso: el 77% del volumen total recuperado en esta comunidad por SIGAUS, el sistema encargado de gestionar este residuo peligroso en toda España.
El resto del residuo se recogió en sectores muy heterogéneos, como la industria, el comercio, el transporte o la construcción, y puntos de generación muy diversos que sumaron un total de 16 establecimientos (el 31% del total). Para recuperar todo el residuo fue necesario llevar a cabo 183 operaciones de recogida.
Transformando residuos en recursos valiosos
La transformación de los residuos en nuevos recursos es una de las mejores vías para reducir el consumo de materias primas, esenciales para fabricar todo tipo de productos para una población global en constante crecimiento. Este es el caso del aceite industrial usado, un residuo que, bien gestionado, puede ser valorizado en su totalidad. En su composición mantiene los recursos materiales y energéticos de origen, siendo de gran valor para ser transformado en nuevos productos, o como fuente de energía.
En Melilla, el 100% del aceite usado gestionado durante el pasado año fue tratado mediante valorización energética, un proceso de descontaminación mediante procesos físicos (decantación, centrifugación y filtrado) y reactivos químicos que convierte el residuo en un combustible de uso industrial, de características similares al fuel óleo tradicional, y que es utilizado en centrales térmicas, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc. Gracias a este tratamiento, se produjeron 86 toneladas de combustible y se evitó la emisión a la atmósfera de 53 toneladas de CO2, así como el consumo de cerca de 10.000 barriles de petróleo que se habrían necesitado para fabricar ese combustible a partir del petróleo.
“Gracias al aprovechamiento del aceite usado de nuestros coches y máquinas, no solo evitamos el impacto ambiental de un residuo peligroso, sino que reducimos el uso de una materia prima no renovable como es el petróleo, más aún en el contexto de crisis energética actual. Además de un importante ahorro económico, los procesos para obtener los productos de segunda generación consumen menos energía y emiten menos gases de efecto invernadero que los procesos tradicionales”, afirma Eduardo de Lecea, Director General de SIGAUS.