El Melillense del Año ensalzó la belleza de la ciudad y la interculturalidad que la hace ser un lugar único l El presidente de la Ciudad aseguró que Castañeda refleja la Melilla que fue y la que será
Carlos Castañeda comenzó su discurso en el Salón Dorado, rodeado de amigos, familiares y autoridades preguntándose por qué había sido elegido Melillense del Año. “Nunca sabré por qué fui elegido para merecer este honroso título, aunque lo recojo con agrado, emoción y cariño”, dijo. Y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, quiso responder de forma clara y rotunda. “Te preguntabas al principio por qué se te había concedido este título, la contestación está en tu propia vida, en tu extenso currículo y en tu vocación pública hacia una sociedad que amas. Representas la Melilla que fue, pero también la Melilla que nace, que mira al futuro”, dijo Imbroda.
Castañeda llegó al Salón Dorado arropado por el cariño de sus hijos y su esposa y se encontró allí con el de los miembros del Gobierno que esperaban para compartir una cena y un brindis con este empresario melillense.
El empresario quiso recordar en primer lugar a su padre, Luis Castañeda, que fue gestor municipal, concejal y teniente de Alcalde y recibió la Medalla de Plata de la Ciudad. Le agradeció a él su herencia y el “melillismo” que le infundió.
La palabra “gracias” fue una de las que más presentes estuvieron en su discurso. Gracias a los que lo eligieron, pero también gracias a todos los melillenses, por formar parte de esta ciudad.
El cariño a Melilla fue, sin duda, el hilo conductor de su relato. alabar a la ciudad plural, hermosa e intercultural. “Te canto a ti Melilla, siempre generosa que sonríes al forastero y al inmigrante tendiéndole tus manos fraternales”, dijo. Y también le cantó al encanto andaluz de sus calles, a la luz y el arte de sus gentes y a la hermosura que hacen de nuestra ciudad “la envidia de los hombres”.
Castañeda quiso que su discurso fuera para toda la ciudad. “No sólo canto a la Melilla cristiana de púlpito y campanario, sino a la Melilla del Aid El Kebir y el Aid El Fitr, a la Melilla de Hanuká y el Pésaj y a la del Dios Brahma y la diosa Noor”, dijo. “Todos sin excepción formamos parte de seta bien avenida familia que desde hace más de cinco siglos sigue siendo ejemplo de tolerancia y respeto”, apostilló.
Tras las palabras de Castañeda, llegó el turno de Imbroda, que agradeció al empresario el “amor a Melilla” que envolvió su texto. El presidente improvisó las primeras frases de su discurso, embargado por la emoción y el agradecimiento al Melillense del Año e incluso amenazó con “tirar sus papeles”. Finalmente, eso sí, se ciñió, más o menos, a lo que había preparado previamente, aunque demostrando en cada inciso y cada pausa el convencimiento de que el premiado merecía la distinción. “En estos tiempos que corren, hacer una defensa atan sólida, encendida y sincera de tu querencia por esta tierra y por sus gentes, demuestran la valentía de tu voz”, dijo el presidente, que recalcó la unanimidad con la que todos los miembros del Ejecutivo habían decidido galardonar al empresario.
Imbroda apreció, también, que el galardonado tuviera espacio en su discurso para recordar a melillenses ilustres como Miguel Fernández o Rafael Guillén, del que incorporó algunos versos que describen a nuestra ciudad.
El máximo dirigente de la Ciudad recalcó la importancia que ha tenido Castañeda en distintos ámbitos de la vida melillense como la religión, el mundo empresarial o el deporte. El presidente destacó que Castañeda representa a la perfección lo que significa la cultura melillense. “Puedes estar tranquilo, has sabido honrar el apellido Castañeda, el que te legó tu padre, e incardinarlo en la ciudad”, aseguró Imbroda que apuntó que la distinción que ayer recibió el homenajeado podrían habérsela entregado mucho tiempo antes.
La emoción fue sin duda la nota dominante en las palabras de agradecimiento de Castañeda y en el discurso de ensalzamiento de su figura por parte de Imbroda. Una jornada llena de cariño para homenajear a un hombre que lleva el nombre de Melilla muy dentro de su corazón y su alma, como el mismo aseguró anoche.