Después de 17 meses de gestión de la pandemia del coronavirus, no quisiera comenzar este comunicado sin antes recordar a las noventa y nueve víctimas mortales que se ha llevado la pandemia en nuestra Ciudad. Les envío un afectuoso saludo a sus conocidos, amigos y familiares. Aún seguimos en lucha contra la pandemia.
Una lucha que ha dejado en mi gestión innumerables errores. La pandemia llegó sin manual de instrucciones, erré muchas veces y, seguramente, lo seguiré haciendo en las numerosas decisiones que tome lo largo de mi vida. Pero con algo de falsa modestia, podremos reconocer que algún acierto también ha habido. Melilla mantiene la tasa de letalidad más baja de toda España y de las menores tasas de mortalidad del país. Además, en estos días, tenemos junto a Ceuta la incidencia del virus más baja de España. Aunque algo tarde, hemos encontrado el equilibrio con la actividad económica y ello se aprecia en nuestros comercios, conciertos, eventos deportivos, bares, cafeterías y restaurantes. Asimismo, me gustaría destacar la extraordinaria campaña de vacunación, la más rápida de nuestro país. Fuimos los primeros en vacunar a los jóvenes de 16 años y, esta misma semana, finalizará la programación con los adolescentes nacidos en el año 2009. Quién nos lo iba a decir hace unos meses.
No obstante, mi etapa como consejero de Salud Pública llega a su fin. Me inundan muchas sensaciones y recuerdos, especialemnte de quienes siempre estuvieron ahí en los peores meses de la pandemia: los trabajadores de los medios de comunicación que les mantuvieron informados de la actualidad; el personal de los servicios de limpieza y desinfección; las trabajadores de tiendas y supermercados que día a día se expusieron al virus en sus puestos de trabajo; al Servicio Militar de rastreo de contactos; las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, especialmente a la Policía Local de Melilla, que con recursos limitados han hecho un esfuerzo infinito; al Ministerio de Educación y concretamente a los directores de los centros Reina Victoria Eugenia y Leopoldo Queipo, clave en la estrategia de vacunación en Melilla.
Pero en mi despedida me reservo un agradecimiento y un adiós especial a los magníficos profesionales de la sanidad pública y privada con los que contamos en Melilla. Siempre han estado ahí y lo seguirán estando cada vez que los necesitemos.
A mi cargo, el cual llevaré en mi recuerdo con un gran orgullo, llega una mujer trabajadora, comprometida y diligente, conocida como Paqui Maeso. Estoy seguro que realizará un gran trabajo al frente del área, convirtiéndose en la nueva autoridad sanitaria de la Ciudad de Melilla. En adelante, la situación sanitaria ha dejado una difícil coyuntura económica y la activación de la economía de Melilla pasa a ser un elemento fundamental para nuestro futuro como Ciudad. En consecuencia, asumo con una alta responsabilidad la Consejería de Turismo, Emprendimiento y Activación Económica. De nuevo, tenemos un gran reto por delante y nos entregaremos por y para Melilla, por y para los melillenses.
Solo añadir que he contado con un estupendo equipo de profesionales a mi lado. Ustedes no les han visto, pero se han dejado la piel en la Protección de la Salud: José Antonio Castillo Martín, el equipo de Enfermería liderado por Atanasio Gómez, los doctores José Ruiz Olivares, Luisa Hermoso, Celia Bueno, Inmaculada Serrano y Daniel Castrillejo. Además de todos los profesionales del área de Salud Pública que han estado gestionando la pandemia desde fuera del ámbito sanitario. Y por supuesto, una mención especial a mi más estrecho colaborador, un fuerte abrazo Juan Luis, y gracias.
PD. “Incluso la noche más oscura terminará y el sol saldrá” Víctor Hugo.