El Carrillo/ Cynthia Muñoz: “Las cosas que se recuerdan con más cariño son también las más simples”

Cynthia Muñoz Guzmán (1987) Es profesora y asegura a El Faro que en sus ratos libres es escritora. Su último libro es ‘El principio de mi caos’.

Cuando se le pregunta por la familia, nos cuenta lo siguiente: “En una sola frase, mi familia es mi fuerza. Ellos son mis cimientos, mis raíces, mi motor y un amor incondicional. Tengo la suerte de tener conmigo a mis padres, hermanos, primos, tíos y a la abuela. Además de una familia política maravillosa. Y lo que hago es intentar disfrutar de que “todos estamos aquí” el máximo tiempo posible. Me considero muy afortunada en este aspecto. Y, aunque me considero una persona bastante independiente, debo admitir que mi padre es mi Pepito Grillo”.

En cuanto a su filosofía de vida asegura que es muy clara: “Dedicar mi vida a ser feliz de la mejor manera posible entremezclando una serie de conceptos esenciales, como son fortaleza, valores y desarrollo personal, que durante toda mi vida yo me pueda sentir bien conmigo misma y con los demás”.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Soy una mente inquieta. Hay quién afirma que esto se debe a que soy géminis, disfruto teniendo mi mente ocupada y casi siempre lo hago en mil cosas a la vez. Como dirían mis padres, siempre estoy inventando algo, lo que hace que nunca te aburras a mi lado. Además, adoro vivir aventuras y que los demás las vivan conmigo. Me siento muy cómoda improvisando, aunque, paradójicamente, me guste planear mi vida, aunque sea un mínimo y no dejarlo todo a la suerte. También estoy hecha de mis defectos, que no son pocos, por lo que lo justo sería decir que una mente tan inquieta también juega malas pasadas. Suelo agobiarme a menudo, aunque no me dura demasiado. Por otro lado, creo que si alguien tuviera que definirme con una sola palabra sería tímida.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

–Un blazzer. Me siento cómoda con las chaquetas, menos desprotegida y más segura, y además son muy elegantes y te salvan en cualquier situación.

–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?

–El anillo de mi abuela. Estuve muchísimos años sin quitármelo del dedo, básicamente porque no me salía… Aun sabiendo que no era mi talla me lo puse porque para mí era muy importante llevar algo suyo, aunque afortunadamente aun la tengo conmigo, por el simple hecho de sentirla más cerca. También llevo una ‘C’ colgada al cuello, mi inicial, y aun no me la he quitado ni una sola vez desde que la tengo.

–Expresión melillense que más use o que le llame la atención.

–No soy consciente de cuantas expresiones típicas de nuestra ciudad podría usar a lo largo del día… Supongo que demasiadas. Pero si tuviera que quedarme con una que me llama la atención sería “estás chivani”. Ni si quiera sé si se escribe así.

–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.

–Las Cuevas del Conventico. Son una pasada y no me canso de visitarlas siempre que tengo la oportunidad. Es, sin lugar a duda, mi lugar favorito de Melilla.

–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?

–Si tengo que hablar de libro favorito debería decir que el mío. No puede ser de otra manera. ‘El Principio de mi caos’. Salió publicado en abril del año pasado, de la mano de una editorial tradicional, y no ha hecho más que darme alegrías.

Pero para ser sincera mi libro favorito es ‘La Sombra del Viento’, de Carlos Ruiz Zafón, un libro mágico. ¿Qué cuando leí el último? ¡Nunca! Yo no me recuerdo sin un libro en la mano en esta vida. Simplemente termino uno y cojo otro. Ha sido así desde que tengo uso de razón.

Las librerías son mi lugar favorito del mundo. Y ahora que me he sacado el carné de la biblioteca incluso he aumentado el ritmo de lectura.

Ahora mismo estoy leyendo ‘Todo esto te daré’ de Dolores Redondo.

–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?

–Yo pienso que según el momento. Hay veces que me apetece ver una película que me haga sentir un millón de emociones en un corto periodo de tiempo y otras veces me apetece tener una serie a mano a la que recurrir en los tiempos muertos.

Además, con la llegada del streaming se nos ha abierto un abanico casi infinito de series a las que me estoy aficionando bastante. Si no digo que la saga de Harry Potter es mi favorita estaría mintiendo y todo el mundo lo sabría. Tengo en casa más merchandising que la propia tienda. También adoro ‘The Goonies’. Tenía que decirlo.

–Mi tiempo libre lo dedico a...

–Leer y escribir. Publiqué mi primer libro hace menos de un año, algo que me hace inmensamente feliz y, actualmente, estoy terminando el segundo. Pero no siempre me encuentro entre páginas de un libro. Adoro compartir mi tiempo libre con la familia, disfruto muchísimo con ellos, y también con mis amigos. Ir al cine, viajar, probar comidas nuevas, comerme un helado… Disfruto con las pequeñas cosas de la vida.

–Un recuerdo de la infancia.

–Recuerdo volar en brazos de mi padre. O ver el mundo diferente desde sus hombros. Recuerdo lo bien que sabía el donut que mi madre me traía después de ir a piscina… Y los programas infantiles que echaban siempre en el canal 2 entre las cinco y las siete. Es curioso… Pero al final las cosas que se recuerdan con más cariño son también las más simples.

–Un juguete.

– ‘Los Pinypon’. Que para quien no lo sepa eran unos muñecos cabezones para los que existían todo un mundo diminuto. Era como jugar a ‘Los Sims’, pero sin una pantalla de ordenador. Recuerdo tener absolutamente todo lo que salía de esos muñecos. Una casa, una granja con sonidos de animales, una escuela, un centro comercial… Incluso un Belén navideño. Estaban super logrados hasta el más mínimo detalle.

Recuerdo vaciar todas las cajas, sacar los muebles y toda la decoración que venia en ellas, y jugar a que las lozas del suelo eran habitaciones. Así montaba mis propias casas durante horas. Hoy día ya ni si quiera existen. Al menos no los originales.

A parte de eso, siempre he sido de juegos de mesa. Me chiflan. Hoy en día sigo teniendo una colección importante en casa y no pierdo la oportunidad de sacarlos cada vez que se me presenta la oportunidad.

–Su fiesta favorita.

–La Navidad. No he dejado de percibir la magia que desprenden estas fechas y sigo viviéndolo con la ilusión de un niño, que es como mejor se vive, pero además es la única época del año en la que te reúnes con todos los tuyos y eso es muy especial.

Cuando paseas por las calles de cualquier ciudad no puedes evitar percibir la felicidad infinita en las caras de otras personas. Una felicidad que, en la mayoría de las ocasiones, llega de la mano de sus familiares o amigos. Incluso aquellos que no están pasando un buen momento sienten que el año termina y perciben algo de esperanza en ello.

Yo soy de las que viven esta festividad a tope. Decoro toda la casa, con villancicos de fondo, e incluso me coloco sudaderas tematizadas para la ocasión con motivos navideños. Cambio la funda de mi teléfono móvil y cuelgo lucecitas en las ventanas. Intento que sean días especiales tanto para mí como para los míos porque al final la navidad no son objetos ni regalos es familia y esperanza.

–¿Cocina? ¿Se le da bien?

–Si cocino, pero admito que lo hago cuando no tengo más remedio. Tengo la suerte de tener a todo un cocinillas en casa que no deja de sorprenderme y de cebarme a partes iguales. Eso no quita que, cuando es necesario, yo prepare cualquier tipo de comida. No hay nada que se me resista excepto una paella, porque nunca he intentado hacer una. Pero generalmente no suelo tener problemas con las recetas, me salen a la primera. La repostería, por cierto, se me da bastante bien.

–No puede resistirse a un plato de...

–Pasta. Me encanta la pasta de todas las maneras y colores posibles. Además, pienso que es un plato muy socorrido que puede encajar en muchas situaciones distintas. Yo me he propuesto probar la pasta de todas las maneras posibles que se me presenten por el camino.

Aunque la verdad es que no puedo resistirme a un plato de pollo a la moruna de mi madre. Es un vicio.

–¿Qué tarea del hogar no soporta?

–Ninguna. Mentiría si dijera que disfruto planchando o pasando la mopa. La única tarea de la que disfruto es la de limpiar el terrario de mis jerbos. Pero cuando se vive en pareja debe existir un equilibrio con las tareas del hogar, hay que repartirlas, y eso es lo que hacemos…

Mentira, no es verdad, él siempre hace más que yo porque sabe la tirria que le tengo y porque, normalmente, suele tener más tiempo libre que yo. Pero esto es como lo de cocinar, que si hay que hacerlo se hace y punto. Diría que de todas las cosas que hay que hacer en una casa lo peor puede que sea planchar o limpiar las ventanas.

–¿Personaje histórico que le llame la atención?

–Virginia Woolf es todo un ejemplo para mí porque fue la escritora más importante del siglo XX, autodidacta y feminista. Ella marcó un antes y un después en la escritura y aunque jamás podría estar a su altura me encantaría dejar huella como ella.

Y Ana Frank, me encantaría poder decirle que sí, que se convirtió en escritora.

–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?

–Nunca he tenido un interés especial por viajar al pasado porque la realidad es que hoy día lo tenemos todo, aunque quizás en exceso. Por allá por los 90 o principios del 2000 era cuando todavía existía un equilibro entre las nuevas tecnologías y la vida tradicional. Me plantaría allí, con mis 11 o 12 años y la única obligación de estudiar y sacar buenas notas. Cuando todavía se enviaban cartas por correo postal y sobres con olores. Por aquel entonces “conseguir algo” era mucho más emocionante porque no estaba a un solo clic de distancia. Volvería a ese momento sin lugar a duda, pero no más atrás.

Hay épocas que han sido maravillosas y trascendentales para llegar a ser quienes somos ahora pero también muy duras. La modernidad ha traído con ella, no solo avances tecnológicos, sino también derechos, cordura y libertad. Aun hay mucho trabajo por hacer, pero si echamos un vistazo hacía atrás no podemos negar que hemos evolucionado, ¿por qué volver?

–¿Viajaría al futuro?

–Creo que no podría resistirme. Uno de mis problemas es tener la mente siempre puesta en el mañana. Qué pasará, cómo serán las cosas, dónde estaré yo… Y estoy segura de que no desaprovecharía la oportunidad de echar un vistacillo, aunque luego me atormente el saber demasiado.

Por otro lado, la tecnología, la ciencia, la robótica… Todo evoluciona a un ritmo tan rápido que me fascina pensar en las cosas tan increíbles que llegaremos a crear. El problema es que el ser humano parece no estar a la altura de ello. Nosotros vamos hacía atrás en vez de hacía delante, como diría mi madre.

–¿Es supersticioso?

–Yo digo que no, aunque siempre me sorprendo a mi misma pensando en que las cosas suceden por algo o que el bolso no se pone en el suelo porque lo dice mi abuela.

–¿Se arrepiente de algo?

–De no haber sido más valiente con las decisiones que he ido tomando en la vida. En las decisiones importantes o irreversibles el miedo se convierte en un factor muy potente y eso me ha hecho perderme muchas cosas o aplazar otras porque si no sé qué hacer o qué camino seguir lo dejo para más adelante. Escribir, por ejemplo, ha sido una de ellas. Hacerlo bajo seudónimo, el de Mira Luna, ha sido otra. Pero hay muchas más.

–¿Cuál es su principal miedo?

–Me da miedo perder a alguien al que quiero. Lo cierto es que aun no he experimentado la perdida de alguien muy cercano y le tengo mucho miedo. También tengo miedo a haber tomado malas decisiones, a equivocarme, a que vuelva a salir mal….

–Algo que deteste de usted mismo.

–Mi indecisión. Lo que más odio, sin lugar a duda es eso. Pero tampoco me gusta ser tan tímida o perder la motivación tan rápido.

–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.

–Siempre había pensado que Nueva York era mi lugar del sueño, solo he podido viajar hasta la Gran Manzana a través de los libros, pero desde que conocí Noruega creo que es más digna de un sueño.

–Si le tocara la lotería…

–Iría a Nueva York, para comprobar por mí misma si es o no mi lugar de ensueño y después lo invertiría en mi vida y en la de mi familia.

–Un chiste.

–No soy de contar chistes. No te voy a decir donde tengo la gracia según mi madre. Pero lo voy a intentar.

Dos amigos:

-Oye, pues mi hijo en su nuevo trabajo se siente como pez en el agua.

-¿Qué hace?

-Nada.