Van haciendo acto de presencia los primeros adornos navideños en los escaparates de los comercios anunciando la proximidad de una celebración para la que aún falta casi un mes.
El anuncio televisivo de la Lotería dio el pistoletazo de salida. Desde entonces luchan por abrirse paso al mismo tiempo el espíritu consumista típico de estas fechas y la necesidad de manifestar nuestra solidaridad hacia los demás, especialmente con los que se encuentran en peores circunstancias.
Hasta que esta crisis que ya lleva con nosotros varios años no nos abandone, campañas como la que pone en marcha Melillenses Solidarios en Acción o la recogida de productos para el Banco de Alimentos son absolutamente imprescindibles. No es posible disfrutar del verdadero espíritu navideño sabiendo que muy cerca hay familias que lo están pasando muy mal.
Es muy probable que las asociaciones y ONGs que llevan a cabo estas iniciativas no necesiten un gran esfuerzo para recabar la entusiasta colaboración de los ciudadanos, a diferencia de lo que ocurre en otras épocas del año. La solidaridad, que va contra natura, ‘florece’ con más facilidad cuando se produce la llegada del invierno.
Sin embargo, a nadie le apetece vivir del fruto de una caridad que ensalza el espíritu de quienes ejercen la solidaridad y golpea el orgullo de quienes la reciben.
Por desgracia, no hay muchas esperanzas de que en los próximos años no vayan a ser necesarias iniciativas como la puesta en marcha por Melillenses Solidarios en Acción. Algunos proyectos con potencialidad para generar empleo, como la ampliación del puerto, aún no se ven cercanos. Los trámites para la puesta en marcha de las obras no permiten aún vislumbrar una fecha para el inicio de su ejecución. Quizá comiencen los trabajos en 2016, como dejó entrever ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, Arturo Esteban. En cualquier caso no tardará tanto como el instituto prometido a los alumnos y docentes del IES Virgen Victoria Eugenia. Ayer, con motivo de la enésima concentración de los profesores para exigir más recursos al Ministerio, los sindicatos se dieron una vuelta por la hemeroteca y descubrieron en la edición de El Faro de Melilla del 25 de noviembre de 1999 una noticia que resulta familiar a quienes durante los últimos 14 años han venido luchando por mejorar la Educación. Ya entonces se prometía la construcción de un instituto, un compromiso muy similar al que ha vuelto a asumir ahora el Ministerio.
Mientras los proyectos no se materialicen y los compromisos no se convierta en hechos tangibles, continuará siendo necesaria la labor de asociaciones como Melillenses Solidarios en Acción o el Banco de Alimentos, además de la colaboración ciudadana tanto en Navidad como durante el resto del año.
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