Melilla sufre una monumental presión migratoria. Nadie con dos dedos de frente va a negarlo. También es cierto que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que sirven en nuestra ciudad necesitan más efectivos para desarrollar su trabajo en las mejores condiciones. Y más cierto es que en gran parte de la población melillense existe una gran preocupación por el alto índice de delitos violentos, especialmente robos, que se cometen.
Muchas personas acusan de esas conductas delictivas a los menores extranjeros no acompañados que han conseguido acceder clandestinamente a estos 12 kilómetros cuadrados que habitamos. No obstante, desde el Gobierno local, y más en concreto desde la Consejería de Bienestar Social, se insiste en que no se ha de criminalizar al conjunto de estos jóvenes. Así, sin negar la alarma social que provocan, el titular de esta área, Daniel Ventura, pide que los ciudadanos sepan diferenciar y que el hecho de que menores o jóvenes de este grupo cometan delitos no quiere decir que todos hagan lo mismo.
La sensación de inseguridad existente en Melilla es alta y los ánimos están caldeados. Ayer vimos una prueba de esto último en una petición de firmas lanzada en la web Change.org. La persona que la publicó escribió este título: “Exterminio de los menas delincuentes en las calles de Melilla”.
El vocablo “exterminar” tiene entre sus acepciones en el diccionario de la RAE la de “matar o eliminar por completo de un lugar un conjunto de seres vivos” o “desolar, devastar por la fuerza de las armas”. La palabra es desafortunada y quien publicó la petición de firmas reconoció su equivocación. Tras ser contactada por este periódico, declaró que usó el término “exterminio” como sinónimo de “acabar”, y aclaró que no quiere terminar con los menores, sino con la situación de inseguridad que hay en la calle. Así, cambió el título de la petición para decir “controlar el nivel de menas delincuentes en las calles de Melilla”.
Todos queremos vivir en paz y seguridad. Pero para conseguirlo, en primer lugar tenemos que calmar los ánimos. Los mensajes incendiarios, aunque se rectifiquen, no ayudan en nada.
En cuanto a la llegada de menores extranjeros, el consejero de Bienestar Social declaró a El Faro que las leyes actuales, que facilitan la obtención de la residencia, son lo que en gran parte empuja a adolescentes marroquíes a intentar entrar en Melilla antes de cumplir la mayoría de edad. De ahí que Ventura proponga que la UE cambie su normativa al respecto.
Está en manos de las autoridades competentes revisar las leyes si de esa forma se va a solucionar el problema de la presión migratoria. Pero también les compete vigilar que no se emitan mensajes de incitación al odio o a la violencia.
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