El caminar de los ciclistas melillenses, Nacho Herrera y Javier Iglesias en la Titan Desert, una de las competición en el mundo del ciclismo de montaña más duras del mundo, está siendo para enmarcar. Después de la jornada de luto por el fallecimiento el pasado martes del aragonés Fernando Civera, la Titan volvió al desafío del desierto con los favoritos de nuevo luchando por la general, esta vez en un terreno cambiante, con pistas transitables a las que se unió el viento como factor clave. Fueron 119 los kilómetros que tuvieron que recorrer los melillenses en esta nueva etapa de la prueba y donde volvieron a cruzar la línea de meta en primera posición dentro de su categoría, la Ambassador con un tiempo final de cuatro horas, 52 minutos y 17 segundos, sacándole otra buena ventaja casi de una hora a los segundos clasificados en esta etapa, lo que demuestra que todo marcha a la perfección para hacerse con la primera posición a la finalización de esta competición de alto nivel internacional. Cabe destacar que además los melillenses entraron en la línea de meta en las posiciones 124 y 125, lo que hace más importante el nivel que están mostrando.
La quinta etapa será otro reto para los titanes de la Desert entre M'ssici y El Jorf, 125 kilómetros de recorrido con un desnivel acumulado de 1.535 metros que incluye un cañón montañoso que desemboca en una subida que corona a 1.300 metros de altitud.
Etapa del miércoles
El jiennense José Luis Carrasco (Vertice Hell Boy), un biólogo de 37 años, exprofesional en ruta con los maillots del Andalucía e Islas Baleares, optó por la escapada en solitario contra viento y arena para sorprender a los favoritos y adjudicarse el triunfo en la cuarta etapa, en la que Josep Betalú (Viorcam) recuperó el liderato.
Si Carrasco protagonizó una escapada antológica en solitario que le permitió obtener su tercer triunfo en una Titan Desert, la sorpresa la dieron los componentes del tandem compuesto por Joan Font e Ignasi Ávila, que se clasificaron en segundo lugar completando el trayecto de 118 kilómetros entre Merzouga y M'ssici a 1.15 minutos de Carrasco.
El dúo catalán, campeón del Mundo de persecución y campeón mundial y plata en ruta en los Paralímpicos de Río 2016, se metió en la pelea entre los "pata negra" del pelotón y resistió hasta la línea de meta, incluso dejando rezagados a muchos de los favoritos.
Un tandem que supera el doble de esfuerzo y superación, ya que Ignasi Ávila padece retinosis pigmentaria, enfermedad degenerativa que solo le permite ver apenas un 10 por ciento en los dos ojos.
Junto al tamdem entró el favorito número uno, el catalán Josep Betalú, empeñado en conquistar su tercera Titan consecutiva, de nuevo con el maillot naranja de líder, desbancando al alicantino Pau Salvá, que perdió más de 16 minutos.
Un golpe de efecto para el ciclista de Amposta, si bien no se fía aún de unos rivales y una carrera "que aún puede deparar muchas sorpresas" Betalú aventaja en la general en 3.31 a Guillem Muñoz, en 5.22 a Moisés Dueñas y en 10.28 al exprofesional Haimar Zubeldia, que poco a poco avanza entre los mejores. La alegría de Batalú en el campamento de M'ssici era del calibre de la que sentía José Luis Carrasco, del equipo de la productora de cine Vertice, que da el apellido de "Hell boy" a la formación, su próxima película.