La Ciudadela fue el escenario de varias actividades para conmemorar esta jornada.
Melilla la Vieja fue el escenario ayer de los actos conmemorativos de la celebración del ‘Día Mundial de los Monumentos y Sitios’ que comenzaron sobre las 19:00 horas en la Plaza de Armas con la representación de una obra de teatro para los melillenses más pequeños.
A esta cita, a la que también fueron convocados, naturalmente, los padres de los menores, acudió numeroso público que estuvo disfrutando de una obra que duró cerca de una hora y cuarto.
Las azafatas fueron las encargadas de repartir a cada menor que asistió a la representación una bolsa de golosinas para que se entretuviese en el transcurso de la actuación.
Una vez finalizada la obra teatral, los mayores participaron en la lectura del manifiesto que, en esta ocasión, fue redactado y leído por el cronista oficial de la Ciudad Autónoma, Antonio Bravo, quien destacó, a través de una carta, las etapas y las vicisitudes por las que ha ido pasando Melilla la Vieja hasta convertirse en un símbolo de la historia de la ciudad.
El documento incluyó reformas y cambios así como las modificaciones en la nomenclatura, habiendo sido calificada la de ‘la Ciudadela’ como “cursi” por el historiador.
A la lectura del manifiesto asistió el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, así como muchos integrantes del Ejecutivo local, además del presidente de la ‘Fundación Melilla-Ciudad Monumental’, José Vallés.
Una representación teatral clásica ideada por José Bustos puso el broche de oro a la conmemoración de esta jornada en la Ciudad Autónoma.
La obra, cuyos personajes estuvieron muy bien caracterizados, giró en torno a los últimos momentos de la vida de un prisionero que reflexiona acerca del valor de la libertad, comparándolo con la que gozan los pájaros y demás seres vivos de la naturaleza.
Los personajes fueron cuatro guardias, el reo y dos monjes, ya que el prisionero moría a manos de la Inquisición, después de que le fuese leída la sentencia condenatoria y el prisionero se arrepintió de todos sus delitos y faltas.
La representación de títeres se repetirá en la jornada de hoy, a partir de las 12:00 horas en la Plaza de Armas para que los menores disfruten de otra obra, distinta a la de ayer.
Melilla la Vieja fue el escenario ayer de los actos conmemorativos de la celebración del ‘Día Mundial de los Monumentos y Sitios’ que comenzaron sobre las 19:00 horas en la Plaza de Armas con la representación de una obra de teatro para los melillenses más pequeños.A esta cita, a la que también fueron convocados, naturalmente, los padres de los menores, acudió numeroso público que estuvo disfrutando de una obra que duró cerca de una hora y cuarto.Las azafatas fueron las encargadas de repartir a cada menor que asistió a la representación una bolsa de golosinas para que se entretuviese en el transcurso de la actuación.Una vez finalizada la obra teatral, los mayores participaron en la lectura del manifiesto que, en esta ocasión, fue redactado y leído por el cronista oficial de la Ciudad Autónoma, Antonio Bravo, quien destacó, a través de una carta, las etapas y las vicisitudes por las que ha ido pasando Melilla la Vieja hasta convertirse en un símbolo de la historia de la ciudad.El documento incluyó reformas y cambios así como las modificaciones en la nomenclatura, habiendo sido calificada la de ‘la Ciudadela’ como “cursi” por el historiador.A la lectura del manifiesto asistió el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, así como muchos integrantes del Ejecutivo local, además del presidente de la ‘Fundación Melilla-Ciudad Monumental’, José Vallés.Una representación teatral clásica ideada por José Bustos puso el broche de oro a la conmemoración de esta jornada en la Ciudad Autónoma.La obra, cuyos personajes estuvieron muy bien caracterizados, giró en torno a los últimos momentos de la vida de un prisionero que reflexiona acerca del valor de la libertad, comparándolo con la que gozan los pájaros y demás seres vivos de la naturaleza.Los personajes fueron cuatro guardias, el reo y dos monjes, ya que el prisionero moría a manos de la Inquisición, después de que le fuese leída la sentencia condenatoria y el prisionero se arrepintió de todos sus delitos y faltas.La representación de títeres se repetirá en la jornada de hoy, a partir de las 12:00 horas en la Plaza de Armas para que los menores disfruten de otra obra, distinta a la de ayer.
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