l El acusado aseguró que nunca tuvo acceso a información sobre el ex consejero l La defensa pidió la libre absolución de todos los acusados l El juicio del caso ‘Novolujo’ quedó ayer visto para sentencia.
“El señor Suárez está obsesionado conmigo”. Ésta fue una de las afirmaciones que hizo Juan Belver, imputado por supuestas irregularidades durante la investigación del ‘caso Novolujo’ que él dirigía, en la última sesión del juicio celebrado ayer en la sección VII de la Audiencia Provincial de Málaga. El ex jefe de la UDYCO (Unidad de ccontrol de rogas y Crimen Organizado) fue el único de los acusados que quiso pronunciarse antes de que el juez declarara el juicio visto para sentencia.
Belver, para el que el abogado del Francisco Suárez pidió el jueves seis años de prisión, insistió en que él nunca investigó al ex consejero, porque sólo se centró en la parte de la operación referente al narcotráfico, pero no intervino en la relativa al blanqueo de capitales. “Por supuesto que tenía conocimiento de la investigación por parte de mis compañeros, pero nunca tuve acceso a esa información. La obsesión del señor Suárez contra mí le ha llevado a faltar a la verdad”, insistió.
El acusado recordó, además, que durante este proceso se ha demostrado que al contrario de lo que dijo el ex consejero de la Ciudad, él no intervino en el registro ni en la detención de Suárez. “No sólo está la declaración de la trabajadora del ex consejero que afirmó que sólo me conocía de vista, sino que en el acta del secretario judicial no figura mi identificación, lo que es una prueba evidente de que no estuve allí. Si hubiera participado en su detención no tendría ningún problema en reconocerlo, porque estaría dentro de la legalidad, pero no fue así”, añadió.
Durante el uso del turno de palabra, Belver, que estuvo durante toda la vista anotando las intervenciones tanto de los abogados de la acusación, como de su propio letrado y del Abogado del Estado, fue interrumpido hasta en tres ocasiones por el juez, que le recordó que se le concedía la posibilidad de intervenir para añadir algo que no se hubiera dicho ya durante los días previos.
Belver insistió en su inocencia y señaló que durante el proceso ha quedado acreditado que la investigación se realizó siguiendo la legalidad.
La defensa
Antes de que el acusado hiciera uso de la palabra, expusieron sus conclusiones su abogado, Mimon Mohatar y el Abogado del Estado, que pidieron la libre absolución para los acusados.
Mohatar, que fue el más enérgico en su intervención, comenzó sus conclusiones diciendo a la acusación que partía de una premisa errónea en su lectura de los hechos. Así, el abogado defensor señaló que las investigaciones policiales siempre se basan en sospechas o indicios, porque si tuvieran que presentarse pruebas para poder iniciar una, ésta nunca comenzaría. “Es del todo imposible dar datos objetivos, la Policía trabaja con los únicos medios que tiene a su alcance y sus investigaciones comienzan siempre en base a indicios”, señaló. Además, aseguró que es la parte de la acusación y en ningún caso la defensa la que tiene que aportar pruebas. “Parece que a la acusación le ha fallado el subconsciente”, aseveró.
Asimismo, el letrado apuntó que no se puede reprochar a los acusados que hayan ejercido su legítimo derecho a no responder a las preguntas de la acusación. “No se nos puede tachar de pasivos por acogernos a un derecho constitucional”, indicó.
Mohatar valoró, además, que la acusación había hablado durante todo el juicio de sus representados como si fueran “intocables” y señaló que si bien es cierto que puede ser desagradable que se produzca una detención en presencia de familiares o vecinos, la Policía no puede esperar para realizar su trabajo aunque éste resulte violento. El abogado señaló que Halifa (el supuesto cabecilla de la trama) había sido “el más inteligente” por no presentarse como parte acusadora. “A él le tocó la lotería cuando se archivó el caso”, indicó.
En cuanto al policía Juan José García Plaza, uno de los testigos del juicio (detenido en febrero con 114 kilos de polen de hachís escondido en su coche), el abogado apuntó que es el “enemigo número uno” de Belver y que a pesar de ello no reconoció, como esperaba la acusación, que su defendido fuera el que dirigía la operación. “A veces parece que los acusados tienen una obsesión personal con mi defendido. Tú me has detenido, ahora yo voy a por ti”, indicó.“ Para algunos de los presentes ya es una victoria ver a los policías sentados en el banquillo de los acusados”, dijo.
Escuchas telefónicas
Respecto a las escuchas telefónicas, el letrado de la defensa recordó que se trataba de un procedimiento que fue autorizado por un juez y que por tanto no podían calificarse de ilegales, un razonamiento que más tarde corroboró el Abogado del Estado.
Mohatar concluyó su intervención, de más de una hora y durante la que el juez le llamó al orden en varias ocasiones, preguntándose qué beneficios habían sacado los agentes sentados en el banquillo del ‘caso Novolujo’. “¿Qué ha conseguido mi cliente? ¿Y el resto de sus compañeros? Nada”, indicó el abogado que insistió en que el juicio no tenía ningún sentido y señaló que la propia Fiscalía apoyaba en sus conclusiones la mayoría de los razonamientos de la defensa.
Por su parte, el Abogado del Estado, último en intervenir, insistió en el derecho de los acusados a no responder a las preguntas de la acusación. Asimismo, indicó que no se pueden analizar los informes sacándolos de contexto y que aunque era evidente que se habían producido errores, “como siempre ocurre en una investigación”, el proceso había cumplido con la legalidad. Además, destacó, al igual que Mohatar la legitimidad de las escuchas, que en su momento fueron autorizadas por un juez.