El comercio minorista del centro de Melilla es uno de los sectores más damnificados por la crisis sanitaria del coronavirus. Junto a los hosteleros, los comercios son los que más directamente están sufriendo el impacto del confinamiento y sus consecuencias. Se trata de pequeñas y medianas empresas que han tenido que mantener bajada la verja durante dos meses pero teniendo que hacer frente a pagos fijos a pesar de no tener ingresos. Ahora, cuando ya pueden abrir sus negocios, se enfrentan a un aumento de sus gastos y a una clientela que en muchas ocasiones prefiere seguir comprando por internet.
Los propietarios de las tiendas deben incluir ahora el gasto que les supone la protección de sus trabajadores y las medidas de desinfección necesarias para mantener abierto el negocio con la seguridad sanitaria necesaria. Además, se enfrentan a la que consideran una competencia desleal, el comercio online, que no tributa como ellos y puede ofrecer precios más competitivos.
Los comercios de Melilla sostienen una parte importante de la economía de la ciudad, son un engranaje fundamental y dan trabajo a una buena cantidad de melillenses. Por eso es importante tomar medidas para que su supervivencia esté garantizada. Desde la asociación que representa al sector piden que se cumpla con el plan de dinamización que habían diseñado, adaptado a la situación que estamos atravesando debido a la alerta sanitaria, como hoja de ruta para lograr que los establecimientos sigan abiertos, También es de vital importancia que las ayudas lleguen cuanto antes. La situación es acuciante y las dificultades para que sigan a flote aumentan cada día que pasa. Hay que actuar con prontitud o el daño será irrebersible