Este verano ha empezado con un ritmo esperanzador para los comerciantes del Mercado Central de Melilla, ya que las ventas en el sector de la verdura y de los ultramarinos empieza a despegar. Las ventas aumentan de una forma lenta pero segura en línea ascendente, algo que los comerciantes ven como un buen augurio de no tener que cerrar ningún puesto.
La visión del comprador que antes le mostraba este mercado era de una zona completamente muerta, apenas se veía gente en la planta baja, de hecho la zona de la charcutería y la pescadería en el segundo piso está prácticamente cerrada, ya que aquella situación era insostenible.
Según algunos comerciantes, el estado en el que se encuentra el parking de la planta baja del mercado, que a pesar de estar mal cuidado es bastante grande. Lo suficiente como para mantener un nivel de ventas bastante aceptable en todo lo que es el área del Rastro y sobrado en lo que son los pocos puestos de que consta el Mercado Central, sobre todo en la planta contigua a los escalones de acceso. Este estado del parking supone un retroceso de ventas bastante elevado en la zona.
Sólo no afecta a las personas que van a comprar algunas prendas u objetos al mercadillo ambulante que tiene lugar en la Calle García Cabrelles y finaliza a la altura de la puerta principal de la Mezquita de la zona.
Sin embargo, las obras en el tramo primero de acceso al Rastro ya han terminado, y parece ser que los antiguos clientes se están animando a seguir comprando en el Mercado con preferencia a las tiendas y supermercados. Algo que los comerciantes que compran en lonja todos los días ven con muy buenos ojos y con bastantes expectativas de salir hacia delante.
"A la una y media de la mañana la mercancía está prácticamente vendida, por lo menos la de mejor calidad y eso es signo de recuperación".
La diferencia que existe entre comprar en un mercado de lonja y un supermercado es clara. En el supermercado nadie nos puede garantizar que los alimentos no son congelados y después se han puesto a temperatura normal, incluso que se congelan y se descongelan. Comprar en un mercado significa que los productos se han adquirido en lonja y por lo tanto, han sido cogidos desde hace pocos días, no han tenido que estar conservados con procedimientos demasiado complicados, ya que el comerciante ha ido directamente a adquirirlos en un mercado mayorista.
Compramos productos naturales, salvo que los agricultores hayan echado elementos prohibidos en el cultivo, aunque estas cosas tienen cierta vigilancia y control desde que España pertenece a la Unión Europea, aunque los riesgos son mucho menores.
Suelen ser productos del día, comprados a primeras horas de la mañana. Sobre todo si se refiere al suelo peninsular.
La compra en los mercados de Melilla, que es una ciudad donde esta práctica siempre ha sido muy tradicional, se está perdiendo, sobre todo en las zonas donde predomina la población de creencia católica. Melilla es una ciudad rica en mercados, pero en la actualidad se están quedando sólo en lo que son los edificios. Cada vez se vende menos.
Hay mercados conocidos como el del Barrio del Real que tiene ciertas connotaciones arquitectónicas modernistas y tiene un tamaño bastante considerable. Sin embargo ,la animación que tenía ese mercado, sobre todo los sábados por la mañana, no tiene nada que ver con lo que es hoy.
El Mercado del Buen Acuerdo situado frente a lo que se conoce como la Gota de Leche, aunque todavía mantiene unas ventas funcionales, tampoco se ve como un negocio solvente a largo plazo, como un requerimiento de adquirir sus puestos para un futuro comercio del que un comerciante se pueda ganar el sustento de por vida, igual pasa con el Mercado del Barrio de la Victoria, que aun siendo más pequeño, tampoco se puede decir que se llene de ciudadanos.
El Mercado Central es el más grande a poca diferencia con el del Real, pero en la Zona del Rastro, si existe todavía ese interés por adquirir productos del día y adquiridos en un establecimiento de mayoristas donde los comerciantes llevan sus productos.
El Mercado Central es un mercado luminoso, donde se venden productos de muy buena calidad, tanto en aceites como en frutos secos, dulces, variedades de té y sobre todo la verdura, calificada por muchas personas como la mejor de Melilla.
Además, dentro de la misma sala de ventas, existen adyacentes a los puestos de verduras otros comercios con ultramarinos y artículos de limpieza con precios muy asequibles, tanto como lo puede ser cualquier supermercado.
En el Mercado Central existen otros servicios como de tapicería y costura. Es un lugar que sin duda alguna comienza a revivir, después de unas obras de peatonalización que le habían dejado un acceso y unos olores muy difíciles de superar, sobre todo para aquellas personas que iban allí a comprar comida.
Aun con todo y con eso, todo el mundo desde los comerciantes, hasta los usuarios les gustaría que se arreglaran los aparcamientos de dicho edificio.