La llamada Asociación de Militares de España (AME) ha emitido un comunicado -es lo que tiene la democracia en la que no parecen creer, la libertad de expresión- en el que “se insta a quienes conforman las Fuerzas Armadas destituyan a Pedro Sánchez y se convoquen elecciones”. Una orden, un exhorto, un imperativo de quienes no representan a nadie, excepto a sí mismos, muy a lo propio de Níger o del Congo (desde el respeto por los ciudadanos de ambos países africanos). Si alguien faltaba para amasar el pan de la ira, aquí están estas manos y, ya se sabe la ira conduce al ocaso.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno electo por el Parlamento, que es de donde emana la voluntad soberana del pueblo por su representatividad, puede gustar o no, incluso no gustar nada (asimismo sus decisiones), pero la legitimidad no se la puede quitar nada ni nadie, excepto desde el lugar de donde provino. Menos, aún, inductores de una asonada, en este caso jubilar. Y es jubilar porque tal asociación está compuesta por militares retirados y en situación de reserva, es decir jubilados. Cabe recordar que hace algo más de un año su presidente asociativo alababa la figura de Franco y, se entiende por ende, sus emanaciones como dictador que fue.
Tal AME, incluso, va en contra de sus propios principios, entre los cuales figura destacadamente el respeto escrupuloso de la legalidad vigente, es decir, las leyes que dictan las Cortes Generales como poder legislativo y vigilan y hacen cumplir el Judicial. A no ser que ese ‘respeto escrupuloso’ les sea entendido como el de instar a echar los tanques a la calle y sacar al presidente de la Moncloa, al menos eso es lo que se deduce de su ‘comunicado’.
Es curioso porque al estar tras la petición unos sesenta mandos retirados, es de suponer que una cantidad de ellos harían prácticamente toda su carrera profesional en democracia, por lo que no entiende bien este nuevo arrebato de nostalgia “tardofranquista” o “neofalangista” a costa de uniforme que ya, nunca más, debieran ensuciar.
Este nuevo episodio en forma de exabrupto intransigente no empaña para nada el papel actual de Ejército en España, por el contrario lo fortalece, es crucial. Una institución, muy querida por la ciudadanía, que ensambla en nuestra sociedad, participa e impulsa la misma más allá del principio fundamental de su razón de ser, la defensa; es puente entre otras instituciones prodigando y asentando la relación, colabora y potencia la respuesta social ante penalidades e incidencias que aquejan a la gente. En definitiva, forma parte indisoluble de nuestra manera de vivir, de ahí el respeto y afecto que se le profesa. Valga de ejemplo la Comandancia General de Melilla como estandarte de una dotación militar que se hace sentir y querer.
Y ante ciertos ramalazos ‘melancólicos’, absurdos, estériles y fuera de lugar en una situación ciertamente muy compleja del momento actual que no necesita, además, de arengas y actitudes incendiarias que como pollos sin cabeza, poco le ayudan y menos o nada, a quienes piensan muy distinto (y lo defienden con estupor sereno y cívico) a las decisiones que democráticamente se toman. Ya se sabe, y se sabe bien, la democracia es el menos malo de los sistemas de vida conocidos y tiene los resortes necesarios para poner orden en la forma de vivir que voluntariamente aceptamos y necesitamos.
Estos nostálgicos del franquismo y la dictadura pretenden de nuevo someter a España al imperio del ostracismo y el fascismo,la censura y la represión.Esto trae las manifestaciones de la derecha estos últimos días .Yo pediría el castigo correspondiente para estos exaltados fascistas .
Espero que los jueces tomen nota.