Se llama Mohamed y es el ciclista que fue atropellado el domingo en Cabrerizas. Está muy enfadado porque desde la Ciudad Autónoma aseguraron a El Faro que tras el accidente que le dejó un brazo vendado, el otro con cristales incrustados y quemaduras en la cara, él entró por su propio pie en la ambulancia.
"¿Cómo pueden decir eso si me llevaron en camilla", se pregunta con la sospecha de que intencionalmente se le quiera quitar hierro a su accidente, el segundo que se produce en menos de un mes con un ciclista en la ciudad.
"En ningún momento perdí la conciencia. Al no recibir golpes en la cabeza, caí, pero seguí consciente. Me ha sentado mal que algún agente de la autoridad diga que me ha visto levantarme por mi propio pie y entrar en la ambulancia. Eso es mentira. El que haya dicho eso no sé de dónde ha sacado esa información. Eso está muy mal. ¿En qué beneficia a alguien mentir en ese tema?", se pregunta.
En declaraciones a El Faro, Mohamed aseguró que cuando tuvo el accidente estaba bajando ya después de hacer su ruta habitual en bicicleta por la Pista de Carros, desde El Real hasta Los Pinos evitando la circulación de coches por carretera. Él siempre intenta de ir por zonas seguras, pero al llegar a Los Pinos, se ve obligado a coger la bajada de Cabrerizas para volver a su casa.
"No es la primera vez. Suele ser mi ruta diaria", dijo a El Faro.
Mohamed está convencido de que el coche se metió y no le vio. "Ni siquiera frenó" y él, que iba bajando, recuerda que chocó contra el parabrisas delantero del vehículo y dio un par de vueltas y cayó al suelo.
"Al ir cuesta abajo fue como un poco más de metros de vuelo. No es lo mismo, a lo mejor, un accidente cuesta arriba que cuesta abajo", añade.
También recuerda que al llegar la Policía, los agentes le preguntaron sus datos, pero le dolía todo y sólo escuchaba que me pedían los datos.
"Tenía media cara dormida del golpe y le di los datos al agente y esperé a la ambulancia. Al llegar, el sanitario comprobó si tenía problemas en la cadera o en las costillas y al ver que no tenía nada en esas partes del cuerpo, vio la mano. La peor parte se la llevó mi brazo izquierdo. Ahí es donde tengo los cortes y han desparecido ciertas partes de la piel de los brazos por el roce y las quemaduras. Tardó cuatro o cinco minutillos, quizás un poco más, en curarme ese brazo. También me miró el brazo derecho y me comprobó las piernas. Me dolía todo. Me pusieron un collarín y me preguntaron lo del cuello, pero yo no podía decirles ni sí ni no porque en ese momento me dolía todo. Me subieron en la camilla y me metieron en la ambulancia. Yo estaba consciente de todo, aunque en ese momento estaba intentando mantener la calma y no perder el control", comenta a este diario.
Al llegar al Hospital Comarcal, lo dejaron en Urgencias, donde el personal sanitario le quitó los cristales que tenía incrustados en los brazos. "Me vendaron y me dijeron que no tenía ningún hueso roto. El daño fue en la piel". Se nota en la zona de las piernas, donde en estos momentos tiene moratones.
"Me cuesta andar. Tengo parte del dorsal hecho polvo. La parte izquierda de la cara y el brazo izquierdo fueron los que se llevaron la peor parte del golpe porque el coche, al venir por la izquierda, choqué por ahí".
A toro pasado, Mohamed piensa en el accidente y se lleva las manos a la cabeza. "Iba cuesta abajo y el coche se metió y no me vio. Yo soy creyente y te digo que Dios me ha salvado. El accidente que me ha pasado a mí y no tener lesiones graves es un milagro. No tengo ningún hueso roto. Me dio mucha impresión cuando me vi las heridas", concluyó.
Qué vergüenza de nuestra ciudad que siga a la cola de España en cuanto a educación vial se refiere
Solo hay una forma de solucionar este problema.
1° retirada de carnet de conducir por un año
2° una fuerte multa.
3° en caso de ser reincidente un año de cárcel y retirada de carnet para siempre.
Esto puede parecer duro pero más duro es quitarle la vida a una persona por no cumplir las normas de circulación.
Pobre hombre, espero se recupere pronto. Hay mucho incívico entre los automovilistas de Melilla y debe haber más control, más radares, más sanciones y, sobre todo, más concienciación y educación vial para que los que conducen coches no vayan como locos en la ciudad