La Guardia Civil arresta a un hombre que viajaba con una mujer y sus dos hijas de corta edad en un todoterreno con un subsahariano escondido en el maletero.
Todo parecía indicar que se trataba de una familia más que regresaba a Melilla y, sin embargo, ocultaban a un inmigrante subsahariano en un doble fondo practicado en el maletero del todoterreno en el que viajaban. Además, el conductor no tenía ningún vínculo familiar con la mujer y las hijas de ésta, unas niñas de corta edad.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes en el paso fronterizo de Beni Enzar. Ese día, los agentes de la Guardia Civil que prestan servicio en ese punto por la tarde, procedieron a inspeccionar uno de los muchos vehículos que entran a la ciudad cada jornada. Se trataba de un todoterreno marca Mitsubishi modelo Montero, de color azul y matrícula nacional. Aparentemente, se trataba de un automóvil que no debía infundir ninguna sospecha. En su interior viajaba un ciudadano español y con él iban una mujer, también española, y dos niñas de corta edad. Los cuatro daban apariencia de ser una familia. Sin embargo, más tarde los agentes comprobarían que no parecía haber ningún vínculo familiar ni sentimental entre el hombre y la mujer y sus hijas.
Signos de manipulacion
A pesar de que todo parecía estar dentro de la normalidad, los agentes que examinaron el vehículo, observaron ciertas anomalías en el maletero del todoterreno. “Apreciaron signos de manipulación que alteraban la configuración de la base”, explica la Comandancia de la Guardia Civil. Por ese motivo, procedieron a realizar un examen más exhaustivo. Gracias a ello pudieron observar que la chapa había sido recortada en todo su perímetro y fijada nuevamente mediante tornillos. “Al ser levantada de forma parcial, permitió ver la existencia de una persona bajo la misma”, según el comunicado remitido por la Benemérita. Los agentes necesitaron utilizar una palanqueta de hierro para conseguir forzar los tornillos de anclaje.
Finalmente, lograron dejar al descubierto el doble fondo. Bajo la pieza metálica se escondía una persona de rasgos subsaharianos. El inmigrante se encontraba totalmente encajonado en un espacio de muy reducidas dimensiones. En ese lugar a penas podía respirar y no tenía ninguna posibilidad de moverse. Por ello sufría entumecimiento, alteraciones respiratorias y debilidad extrema. A causa de su estado, una vez liberado, tuvo que ser trasladado al servicio de urgencias para su reconocimiento. Tras rescuperarse, su estado de salud parecía estar dentro de la normalidad.
El inmigrante es un varón de unos treinta años, de origen subsahariano. Carecía de documentación y dijo proceder de Costa de Marfil. Fue puesto a disposición judicial en calidad de testigo y posteriormente los agentes le condujeron a dependencias de la Policía Nacional para que se le aplicara la Ley de Extranjería.
Tres detenidos
También comparecieron ante el juez, en calidad de detenidos, el conductor del vehículo y la mujer que le acompañaba. El primero, A.Y.H., tiene 42 años y reside en Melilla. La arrestada tiene 27 años, su identidad se corresponde con las iniciales Y.P.V., tiene su domicilio en la ciudad y carece de vinculación conocida con el conductor del todoterreno. Más tarde también fue arrestado otro vecino de Melilla por su implicación en los hechos. Los tres son de nacionalidad española.
93 inmigrantes en dos pateras
Por otra parte, este sábado un total de 93 inmigrantes subsaharianos y magrebíes, entre ellos siete menores y cinco mujeres, fueron rescatados a bordo de dos pateras y trasladados al puerto de Motril (Granada), adonde llegaron en buen estado de salud.
Un primer grupo de 51 personas, entre ellos cinco mujeres y un niño, fue interceptado por Salvamento Marítimo y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuando navegaban a 21 millas de la costa granadina. A su llegada al puerto en la noche del sábado se encontraban bien de salud, aunque alguno de ellos presentaba problemas de agarrotamiento muscular por la travesía realizada, según la Cruz Roja, que los atendió.
La embarcación fue localizada por la cámara del Servicio de Vigilancia Exterior (SIVE) cuando navegaba a unas 21 millas al sur de la Rábita (Granada) por lo que a la zona se dirigieron efectivos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo.
Una segunda embarcación neumática fue interceptada a las 00.24 horas de la madrugada del domingo con 42 inmigrantes magrebíes, entre los que podría haber seis menores, todos ellos varones. Según fuentes de la Guardia Civil, la segunda patera fue avistada por las cámaras del SIVE cuando se encontraba a unas 8 millas del cabo Sacratif en Motril (Granada). Los inmigrantes fueron interceptados por la patrullera ‘Río Aragón’ de la Guardia Civil, que los trasladó al puerto de Motril.
Allí la Cruz Roja les dispensó una primera atención médica y alimenticia, además de facilitarles prendas secas, ya que algunos de los inmigrantes llegaban con su ropa mojada.
“Resistencia física al límite”
La vida del inmigrante se encontraba en serio peligro. La Guardia Civil destaca en su nota que cuando fue rescatado “su resistencia física parecía llegar al límite”. Afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna desgracia. La Comandancia ha subrayado en reiteradas ocasiones el alto riesgo para su vida que asumen los inmigrantes que optan por este método para tratar de acceder ilegalmente a la ciudad. En ocasiones, incluso los vehículos han llegado a ser abandonados por sus conductores cuando éstos sospechaban que podían acabar siendo descubiertos por los agentes de la Benemérita. Afortunadamente, en esta ocasión los agentes han protagonizado un nuevo servicio “que permite seguir con vida a una persona cuyo incierto final nunca se hubiera sabido de no haber sido rescatada”, destaca la Guardia Civil.