El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla (ICOMME) y el Sindicato Médico de Melilla (SMM) han alertado sobre la alarmante incidencia de agresiones a médicos en la ciudad, situándola entre las regiones más afectadas de España. Según los datos del Estudio Nacional de Agresiones 2010-2025, elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), en Melilla se registran 5,65 agresiones por cada 1.000 médicos colegiados, una cifra que refleja un grave problema de seguridad en el ámbito sanitario.
El informe, presentado en vísperas del Día Europeo contra las Agresiones a Sanitarios, que se conmemora cada 12 de marzo, pone de manifiesto la creciente violencia que enfrentan los profesionales médicos en su ejercicio laboral. La preocupación radica en que la tendencia de agresiones ha ido en aumento, consolidándose como un problema estructural dentro del sistema sanitario.
Problema en aumento
Las agresiones a médicos no son un fenómeno nuevo en Melilla. En los últimos años, diversos informes han venido alertando sobre una tendencia al alza de este tipo de episodios. En 2022, se registró un récord de agresiones en la ciudad, según datos recopilados por El Faro de Melilla. Además, en 2023, otro informe situó a Melilla como una de las ciudades con mayor incidencia de violencia contra sanitarios.
El CGCOM, a través de su Observatorio de Agresiones, ha documentado la evolución del problema y ha detectado un patrón recurrente en los ataques. Las cifras muestran que el 62% de las víctimas son mujeres, consolidando un preocupante patrón de vulnerabilidad en el colectivo femenino. La mayoría de las agresiones, un 95,1%, ocurren en horario laboral, reflejando la falta de seguridad en los entornos sanitarios. La Atención Primaria, con un 47,7% de los ataques, se ha convertido en el ámbito más peligroso para los médicos, y la mayor parte de las agresiones tienen un origen asistencial, principalmente por discrepancias en la atención médica o exigencias no justificadas por parte de los pacientes.
Reclamos del sector
Frente a esta preocupante realidad, el Colegio de Médicos y el Sindicato Médico de Melilla han emitido un comunicado en el que exigen medidas urgentes para frenar la escalada de violencia. En su declaración, instan a las autoridades a garantizar la aplicación efectiva del Código Penal, que reconoce las agresiones a sanitarios como delitos de atentado contra la autoridad. Asimismo, demandan una mayor protección jurídica y apoyo institucional para los profesionales afectados, con el objetivo de evitar la impunidad de estos actos.
Los médicos también consideran esencial la puesta en marcha de campañas de concienciación ciudadana que frenen la escalada de violencia y refuercen el respeto hacia el personal sanitario. Destacan la necesidad de fortalecer la figura del Interlocutor Policial Sanitario, creada en 2017, cuyo propósito es coordinar la prevención de agresiones y mejorar la seguridad del personal médico.
El comunicado enfatiza la urgencia de adoptar medidas más firmes y eficaces bajo la premisa de “tolerancia cero contra las agresiones”. En él, se subraya que la profesión médica es un pilar fundamental de la sociedad y que el ejercicio de la medicina debe desarrollarse en condiciones de dignidad, seguridad y respeto.
Desafíos pendientes
A pesar de los esfuerzos por controlar esta problemática, las cifras demuestran que las medidas adoptadas hasta la fecha no han sido suficientes. En los últimos años, se han implementado estrategias como la incorporación de sistemas de alerta en centros de salud y hospitales o la presencia de vigilantes de seguridad en puntos conflictivos. Sin embargo, los sindicatos y colegios médicos insisten en que el compromiso de las administraciones sigue siendo insuficiente para garantizar la seguridad del personal sanitario.
El Observatorio de Agresiones del CGCOM ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de incluir más formación en gestión de conflictos para los profesionales sanitarios y mejorar la protección jurídica de los afectados. Algunas comunidades autónomas han puesto en marcha programas específicos para enfrentar el problema, pero la cobertura sigue siendo desigual y no garantiza una protección integral.
Solución integral
El problema de las agresiones a médicos no solo afecta a los profesionales de la salud, sino que también tiene repercusiones en la calidad del servicio sanitario. La creciente violencia genera un clima de inseguridad que dificulta la atención médica y puede afectar negativamente la relación médico-paciente.
Desde el ICOMME y el SMM se insiste en que la solución debe ser integral y coordinada entre las distintas administraciones, los cuerpos de seguridad y la sociedad en general. No se trata únicamente de endurecer las penas o aumentar la seguridad, sino de trabajar en la prevención y la educación ciudadana para erradicar esta problemática desde su origen.
Con la celebración del Día Europeo contra las Agresiones a Sanitarios, los profesionales de la salud en Melilla esperan que esta jornada sirva para reflexionar y tomar conciencia sobre un problema que sigue en aumento. El compromiso de todos es fundamental para garantizar que los médicos puedan ejercer su labor con seguridad y dignidad.