Francisco Ramos tiene 55 años y lleva más de 30 vinculado a la cofradía de Batería Jota Los portadores son lo que más preocupa a este cofrade, que espera que este año puedan salir a la calle todos los pasos.
Francisco Ramos es vocal y teniente hermano mayor (en funciones) de la Cofradía del Flagelado. Este melillense de 55 años lleva más de tres décadas vinculado a esta hermandad y a la Semana Santa de la ciudad. Su acercamiento a esta cofradía se produjo por amor, no sólo a las procesiones, sino a su mujer, que era vecina del barrio de esta hermandad y fue la que la llevó de la mano a la iglesia de la Medalla Milagrosa, donde se casó y bautizó a sus hijos. Ramos destaca de su hermandad su aire de barrio, el de Cabrerizas, donde se encuentra la sede del Flagelado. En los años que lleva dentro de la cofradía asegura que muchas cosas han cambiado, pero no han querido perder el origen de la agrupación. Así, señala que aunque prácticamente se ha renovado todo excepto los palios de la Virgen, en el interior de la parroquia aún conservan, desmontados, los tronos originarios que fueron elaborados por los primeros cofrades del Flagelado de manera artesanal. Ramos asegura que cuando comenzaron a cambiar la ornamentación decidieron que no podía perderse este germen de la cofradía, a la que estos vecinos del barrio, algunos ya fallecidos y otros aún vinculados a la hermandad, dedicaron su tiempo y su cariño para poder sacar a la calle a sus santos titulares en estación de penitencia. El vocal de la junta de gobierno de la cofradía agradece la colaboración que siempre les ha prestado la Ciudad Autónoma para poder ir mejorando poco a poco la hermandad, así como la labor de la Agrupación de Cofradías local y por su puesto la de los vecinos del barrio. En la actualidad, en torno a 150 personas forman parte de esta cofradía, que ha ido creciendo poco a poco, a pesar de que el barrio en el que se encuentra situada tiene un gran número de habitantes de confesión musulmana. Pero a pesar del esfuerzo, resulta difícil olvidar la imagen de muchos cofrades llorando el Domingo de Ramos del año pasado, por no poder sacar a la calle a su Virgen de la Esperanza. La falta de portadores que sufre la Semana Santa melillense, afectó especialmente a esta hermandad el año pasado. Ramos explica que el trono de la Virgen, el más pesado de los que tiene la Cofradía, necesita un mínimo de 90 portadores para poder salir a procesionar. “Con esos ya vamos justitos”, afirma el cofrade. Así, indica que el pasado año aunque muchos hombres de trono se comprometieron a sacar el paso, a la hora de la verdad, no todos se presentaron en la sede y fue imposible realizar la estación de penitencia. Este año la cosa no pinta mucho mejor. El vocal de la cofradía señala que desde la agrupación se están esforzando al máximo para poder contar con el número de portadores suficientes, pero que si una vez que llegue el momento no se presentan en la sede, volverán a tener que dejar a la Virgen en el interior de la Medalla Milagrosa. A pesar de todo, Ramos es optimista con la Semana Santa local y asegura que cada vez crece más y hay más gente que se acerca a las cofradías. El vocal reconoce, como hacen otros cofrades, que el hecho de que muchos melillenses aprovechen las fiestas para salir de la ciudad es uno de los problemas que hay a la hora de contar con más apoyo en las calles durante las estaciones de penitencia, pero insiste en que aún así son muchos los que están al lado de esta semana de Pasión. Además, el cofrade anima a los ciudadanos a quedarse y conocer su Semana Santa y recuerda que Melilla tiene procesiones todos los días, excepto el sábado, algo que es difícil en una ciudad tan pequeña. Así, insiste en que los melillenses pueden disfrutar siguiendo parte del recorrido de todas las procesiones, como se hace por ejemplo en la península. Ramos espera que este año todos los pasos de la Flagelación puedan estar en la calle, el año pasado a la falta de portadores se unieron las inclemencias del tiempo para complicar aún más la realización de las estaciones de penitencia. El próximo Domingo de Ramos, 24 de marzo, la Pollinica volverá, con ayuda de los melillenses y del cielo, a abrir la Semana Santa local, con la ilusión de todos los cofrades y amantes de esta fiesta.