LA seguridad ciudadana está en entredicho en estos momentos en Melilla. Pese a que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actúan contra la delincuencia, cada día tenemos noticia de un incidente que supera al anterior.
Lo último es la afición de los cacos locales al ‘alunizaje’. Es difícil adivinar cómo es posible que un coche se empotre contra una farmacia, como ha ocurrido en el Barrio de la Victoria, y que los ladrones arramblen con las cajas registradoras y consigan huir con el botín en una ciudad donde no hay ni autopistas ni autovías ni se las espera.
No es de extrañar que los vecinos del tranquilo barrio de la Victoria no hablen de otra cosa. Siempre se ha dicho que las escenas de coches empotrándose en las tiendas de la calle Serrano de Madrid son cosa del crimen organizado.
Sin embargo, en Melilla parece obra de amateurs, a juzgar por la edad de los dos chavales de 20 y 21 años que han sido detenidos por dos robos mediante el método del “alunizaje” en una tienda de videojuegos y en otra de alimentación. Es verdad que las investigaciones policiales dieron sus frutos, pero tardaron casi un mes en darlos, habida cuenta de que ambos robos se cometieron en noviembre y nos enteramos de ellos el pasado jueves.
También es cierto que la investigación sigue abierta y que la Policía Nacional no descarta nuevas detenciones. Esperemos que esto ocurra antes de que los ladrones le revienten el escaparate y las ventas de estas fechas tan importantes para el comercio local a otro empresario de la ciudad.
Por más que se quiera quitar hierro al tema de la inseguridad ciudadana, el problema ya se ha convertido en una situación difícil de manejar.
Melilla empieza a acusar la reducción de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos del Estado que durante meses han venido denunciando los sindicatos policiales de la ciudad.
No se trata de repetir que faltan agentes. Se trata de que hasta el mismo Gobierno central ha admitido a través de sus respuestas a la oposición en el Congreso de que tanto Policía Nacional como Guardia Civil han perdido efectivos en Melilla durante 2012.
A esto hay que sumar la reciente reducción de plantilla en el Grupo de Prevención y Reacción de la Policía Local para zanjar desavenencias con los horarios.
Por más que nos parezca una obviedad, algo está fallando cuando cosas que nunca han pasado empiezan a pasar.
Los ‘aluniceros’ han vuelto a hacer de las suyas y no podemos conformarnos sólo con cruzar los dedos para que los detengan lo antes posible.