El secretario general de la Asociación Musulmana defiende una “Melilla plural” frente a “modelos como el de Afganistán”. El secretario general de la Asociación Musulmana de Melilla, Abderraman Benyahya, reclamó ayer a CpM que se sume al “proceso de secularización” que demanda la sociedad y que se aleje de posiciones como las defendidas el martes por Abdelrahim Mohamed en sus críticas al programa de actos organizado por el Instituto de las Culturas con motivo del Ramadán. “Es infumable que un diputado de CpM haga unas críticas y que no sepamos si las hace en calidad de secretario de la Comisión Islámica de Melilla o en calidad de diputado de la Asamblea. Lo tienen que aclarar”, reclamó durante un acto organizado con motivo de la ruptura del ayuno voluntario. “No hay otro modelo ni otra base de convivencia para la ciudad”, insistió. El riesgo, afirmó, es que “tanto CpM como la Comisión Islámica de Melilla están yendo con su discurso hacia una deriva peligrosa”.
El máximo representante de la Asociación Musulmana de Melilla terciaba así en la polémica abierta por la Comisión Islámica de Melilla decantándose por la posición defendida por la Ciudad. “No tengo por qué defender la gestión del Instituto de las Culturas, ya que en este caso no hemos colaborado en el programa”, advirtió para a continuación destacar que eso no impide que respalden los actos previstos porque “se ajustan a cualquier programación de cualquier país musulmán”. Y para reforzar su argumentación recurrió al ejemplo de Marruecos, el mismo que horas antes había expuesto Fadela Mohatar en la defensa de su gestión. “En Marruecos, un país constitucionalmente islámico, el tipo de actividades es del mismo formato que el que se usa en Melilla”, subrayó. Alejarse de ese camino conduce, a su juicio, “hacia el modelo que quieren implantar y que hoy sólo existe en Arabia Saudí, Afganistán y Pakistán”. Frente a ese escenario, Benyahya abogó por “una Melilla plural y variada” en la que la opción mayoritaria sea “un Islam español, independiente de todo Estado y organización”.
Quién representa a quién
Parte del problema, según denunció ayer el secretario general de la Asociación Musulmana de Melilla, parte del debate sobre los “representantes legítimos e ilegítimos”. Benyahya reconoció que se ha negado siempre a “entrar en esa dinámica”, pero los últimos acontecimientos le obligan a posicionarse. “Por primera vez vamos a dejar las cosas claras”, anunció. Y a continuación aclaró que la Comisión Islámica de Melilla “es una organización independiente, sin relación alguna con la Comisión Islámica de España, que es la interlocutora con el Estado”, restándole por tanto toda legitimidad para “firmar o acordar nada en nombre de la comunidad musulmana ni de Melilla ni de ningún lugar de España”. Eso, añadió, “es legalidad, no un juicio subjetivo”.
Hablar por tanto, a su juicio, de su condición de “representantes legítimos” de los musulmanes melillenses es “una patraña sin base legal” porque “tiene más legalidad cualquiera de las 14 que haya en España que la que puede tener la Comisión Islámica de Melilla”. En su opinión, es un punto que “hay que aclarar porque ha habido declaraciones y actos más políticos que de tipo religioso que pueden dañar el modelo de ciudad por el que trabajamos, afectar a la convivencia y a las relaciones interconfesionales” que mantienen todas las religiones que comparten el mismo espacio en la ciudad.
En línea con ese discurso, Benyahya censuró enérgicamente aquellas actitudes que ponen en riesgo el modelo de convivencia de Melilla. Así, insistió en “condenar enérgicamente a ese abrazafarolas que se llama portavoz de la Comisión Islámica de Melilla por el acto racista e intolerante contra la comunidad judía” de la ciudad. “Si hace años rechazábamos la actitud racista de quienes nos vinculaban con Marruecos, no podemos tolerar ahora que este señor vincule ninguna comunidad religiosa de esta ciudad con problemas que son ajenos a los melillenses”, reiteró en alusión a los ataques verbales de los últimos meses.