Los agentes de la Guardia Civil encontraron el pasado jueves a un ciudadano marroquí escondido en el motor de una furgoneta durante el embarque en el puerto melillense. Habían modificado algunos elementos para habilitar el espacio suficiente para el ‘viajero’ quien, de no haber sido rescatado por los agentes del Instituto Armado, su integridad física hubiera corrido un riesgo mayor. El inmigrante estaba boca abajo y contorsionado a 90 grados por la cintura, por lo que necesitó la ayuda de los agentes para salir del “infrahumano” habitáculo. La Comandancia de la Guardia Civil informó ayer en nota de prensa de esta actuación en la que resultó detenido el conductor del vehículo.
El vehículo con matrícula francesa se disponía a embarcar en el puerto de Melilla con destino a Málaga el pasado jueves. Tras un primer reconocimiento superficial, los agentes no detectaron nada anormal, pero sí vieron un pequeño detalle de interés policial, que les llevó a requerir al conductor y único ocupante de la furgoneta para solicitarle que abriera el capó.
“Allí descubrieron de forma inverosímil a una persona oculta a la que solamente se le veían las piermas”, reza la nota de prensa de la Benemérita. Los agentes actuantes ayudaron al inmigrante a salir de “tan infrahumano habitáculo”. Lógicamente, igual que fue ayudado a salir tuvo que ser asistido para entrar, dejándole “completamente contorsionado por la cintura, haciendo que su cuerpo estuviese doblado a 90 grados, con la cabeza hacia abajo”.
Una vez fuera del vehículo recibió los primeros auxilios, sin que fuese necesaria la asistencia de los servicios médicos de la ciudad. Para que este inmigrante, de nacionalidad marroquí, entrara en ese habitáculo, tuvieron que manupular y mover ciertas piezas del motor para que el cuerpo pudiese entrar. El inmigrante dijo tener 25 años y se encuentra en buen estado de salud. Fue puesto a disposición judicial en calidad de testigo y entregado al Cuerpo Nacional de Policía para aplicarle la Ley de Extranjería, pues no aportó documentación alguna.
El conductor del vehículo es un hombre, con iniciales R.R., también de nacionalidad marroquí y con residencia legal en Francia, lugar donde se dirigía con la furgoneta incautada. Fue detenido y la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión por un supuesto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros o tráfico de seres humanos.
Por último, la Guardia Civil apostilló en su comunicado que la localización de esta persona en el motor de la furgoneta y en las condiciones en las que tuvo que ser rescatada “puso, sin género de dudas, en riesgo cierto la integridad física” del inmigrante “por la proximidad de los gases del motor, calor, sistema eléctrico o las correas de transmisión. Además, la forma tan escabrosa en la que fue hallado, podía haber provocado cualquier indicente”.