El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Melilla ha condenado a una ex trabajadora del centro Gámez Morón, dedicado al cuidado de personas con discapacidad física e intelectual, a la pena de 20 días de multa por valor total de 160 euros como autora de una falta de maltrato. Aunque la sentencia no es firme y puede ser recurrida.
Los hechos condenados se remontan a julio pasado cuando la ex trabajadora del Gámez Morón se encontraba a la puerta del centro con uno de los usuarios, que cruzó a la calle y se tiró al suelo, por un golpe por parte de la entonces empleada, hechos que quedaron grabados por las cámaras de seguridad de un acuartelamiento cercano.
En declaraciones a los periodistas, la consejera de Bienestar Social explicó que este tipo de acciones son “condenables”, aunque ha defendido el trabajo de “la gran mayoría de los trabajadores” del Gámez Morón.
Garbín aseguró que la trabajadora, que tenía un contrato “breve”, dejó de trabajar en el centro “en ese momento”.
“Nosotros condenamos cualquier tipo de acción en contra de los usuarios”, apuntó la consejera que destacó el “gran trabajo” de los profesionales del centro, pues afirmó que es “muy duro y muy poco recompensado” en numerosas ocasiones.
Por ello, censuró las críticas “desorbitadas y exacerbadas” que se producen por parte de algún sector de la sociedad, aunque no quiso entrar en polémica. La consejera de Bienestar Social aclaró, además, que lo ocurrido en el Gámez Morón con la ex empleada multada “es un tema de faltas, donde en principio se ha condenado a una persona que ya no está vinculada al centro y ésta ha recurrido el auto, que no es firme”.