El diagnóstico de este plan propone que Melilla tenga 1,42 kilómetros cuadrados para peatones, cuando se apliquen las medidas. Los cambios en el barrio del Industrial son una de las acciones que se analizan.
El gran protagonismo del automóvil en la ciudad es uno de los principales problemas de la movilidad en Melilla. El diagnóstico del Plan de Movilidad contempla algunas soluciones para cambiar este panorama. La semana pasada El Faro publicó que uno de los objetivos que se recogen en este proyecto para destinar más espacio a las personas es la conversión de casi mil plazas de aparcamiento en espacios públicos. Sin embargo, ésta no es la única acción que se llevaría a cabo en la ciudad para lograr que las personas puedan disfrutar más de las calles. Una reordenación viaria en muchos puntos de la ciudad pretende lograr que cuando el plan esté aplicado los kilómetros dedicados a los peatones casi se hayan triplicado.
En concreto, si actualmente en Melilla hay 0,58 kilómetros cuadrados de parques, plazas y jardines, es decir, lugares en los que los ciudadanos pueden pasar su tiempo, en unos años, cuando el plan esté concluido, éstos deberán de llegar a los 1,42 kilómetros cuadrados. Para alcanzar el objetivo, la red viaria, el espacio circulatorio de la ciudad, se reducirá y pasará de los 2,96 kilómetros cuadrados de la actualidad, a 2 kilómetros cuadrados.
El diagnóstico del plan apunta que en total de los 13 kilómetros cuadrados de la ciudad, 3,42 son los que pueden considerarse espacio público y los que se reparten, por tanto, entre coches y personas.
La puesta en marcha de zonas 30, 20 y 10 (velocidad máxima de circulación de coches) en las que los coches irán perdiendo progresivamente protagonismo pretende recuperar la calle para los peatones y que éstos puedan pasear, jugar o conversar en el espacio público, sin ser ‘invadidos’ por los vehículos.
Para lograr este objetivo será necesario, además de la concienciación de los ciudadanos, un cambio de muchos de los viales de la ciudad, que modificarán de aspecto y también de uso.
Así, en el diagnóstico del plan se recoge un ejemplo de actuación para la futura ordenación del barrio del Industrial, uno de los puntos en los que según muchos de los agentes implicados en la elaboración de este documento sería necesaria una actuación en profundidad, porque se ha convertido en una zona donde el comercio y el tráfico han dejado a los peatones prácticamente sin espacios.
Una de las acciones más importantes iría encaminada a conectar el barrio con el Paseo Marítimo aprovechando la cercanía. Se contemplan corredores peatonales que conectarían directamente con el paseo, Alfonso Guerra en dos de sus tramos y Conde de Alcaudete. El diagnóstico también indica la posibilidad de que en Álvaro de Bazán y General Polavieja el peatón tenga una mayor presencia, aunque sin eliminar del todo el tráfico rodado. Una línea de transporte urbano con varias paradas atravesaría estas dos vías, que son dos arterías importantes de la ciudad.
También en relación con las actuaciones en los barrios, en el plan se recoge la necesidad de lograr que pueda haber conexiones peatonales entre las distintas zonas de la ciudad, algo que actualmente no sucede. En el plan de diagnóstico se apunta que hay espacios en Melilla entre los que existe una discontinuidad en los trayectos para peatones, es decir, que de repente tienen que variar su ruta, porque dicho de una forma sencilla, se les acaba el camino por el que estaban andando.
Otro de los puntos concretos que se analizan en el documento del diagnóstico es el corredor urbano que une la Avenida Juan Carlos I con la carretera de Rostrogordo. En el plan se divide este corredor en tres tramos, el que hay entre la Avenida y la calle García Cabrelles, el que va desde García Cabrelles a Tiro Nacional y el que discurre desde este punto hasta la Carretera de Rostrogordo. El diagnóstico hace referencia al clima, los usos, la accesibilidad, seguridad y el estado de la vía. En casi todos los aspectos se indica que sería necesaria una intervención urgente o muy urgente para mejorarlo. Se establecen una serie de actuaciones para mejorar esta zona, como la colocación de elementos ornamentales vegetales, objetos de sombra y estanciales o de fuentes. También se indica que sería necesario eliminar pavimentos, quitar barreras arquitectónicas y colocar elementos de apoyo a la movilidad reducida. Además, sería importante un incremento de la iluminación y diversificación de carriles rodados.
A través de estas y otras actuaciones se prentende que los peatones consigan tener el protagonismo que nunca debieron perder en la ciudad.