Llevan más de dos años sin trabajar y ven con impotencia que los ciudadanos marroquíes son contratados por las empresas locales en sectores como la construcción. “Somos obreros melillenses y padres de familia en paro. Nos manifestamos por el empleo de nuestra ciudad de Melilla, ya que las listas de trabajo salen de la Ciudad Autónoma de Melilla para los seguidores del PP”. Es el mensaje que un grupo de desempleados melillenses escribieron ayer en una pancarta y la instalaron en la Plaza de España, frente al Palacio de la Asamblea. Llevan más de dos años sin encontrar un empleo y subsisten de las escasas ayudas que reciben, pero quieren trabajar.
Son conscientes de que tienen más de 50 años, en la mayoría de los casos, y ello entraña una dificultad añadida a la hora de encontrar un empleo en sectores como el de la construcción, pero también en este grupo hay transportistas y pintores dispuestos a trabajar y llevar el sustento a sus familias.
Uno de ellos comentó a El Faro que le dan una ayuda de poco más de 70 euros, mientras que el alquiler es de 600. A ello se le suma la manutención de su mujer y sus cuatro hijos.
La situación es desesperada para estos padres de familia que denuncian que las empresas locales prefieren contratar a ciudadanos marroquíes ya sea legalmente o no, según explicaron a este diario. No se explican que, habiendo en la ciudad más de 13.000 desempleados, las empresas contraten a ciudadanos extranjeros para realizar labores que los propios melillenses pueden desempeñar con profesionalidad.
En la mañana de ayer iniciaron esta concentración de protesta frente el Palacio de la Asamblea con la intención, según indicaron, de volver el próximo lunes a las 10:00 horas. También contemplan la posibilidad de solicitar una reunión con el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, en busca de una solución a este problema.
“Las listas de la Ciudad”
Otro de estos trabajadores afirmó que fue contratado hace tiempo por la empresa adjudicataria de la limpieza viaria de Melilla, para la que estuvo trabajando seis meses los sábados. Fue despedido sin más explicación que “tenían que contratar a personas que le habían enviado en una lista desde la Ciudad Autónoma”. Por esta razón, “hemos venido aquí para que nos incluyan en esa lista y podamos trabajar y alimentar a nuestras familias”.
“No podemos más”, aseguró otro de los trabajadores, que dijo recibir una ayuda de 400 euros, pero el alquiler es de 350. “No sé de dónde sacar ya el dinero para poder alimentar a mi familia. Tengo dos hijos que tienen que estudiar y no sé cómo voy a poder pagarles una educación como el resto de los padres a sus hijos”, lamentó este trabajador.