Se esperaban y ya están aquí. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año siguen la senda de los que aún está vigentes y continúan con los recortes. Las obligaciones con los socios europeos y las dificultades de financiación no permiten al Gobierno de Mariano Rajoy apostar por la inversión. Esa opción está totalmente descartada con nuestros propios recursos mientras no se constate que empieza a darse la vuelta a la situación y los ingresos muestren algún indicio de crecimiento serio.
Estas circunstancias conducen, en el caso de Melilla, a una reducción del 19,9% en la inversión del Estado en nuestra ciudad. En el documento de los PGE, el Gobierno advierte de que la “territorialización” de las inversiones arroja unos números que no hay que tomarlos a pie de la letra, que los cálculos y criterios para asignar proyectos a cada una de la comunidades autónomas son discutibles y que se trata de un índice sólo orientativo.
Al margen de las advertencias del Ejecutivo, lo cierto es que en 2012 el Estado presupuestó 28,4 millones para inversiones, lo que representaba un descenso del 28,4% respecto a 2011, y que el próximo año volverá a haber una caída del 19,9%, con lo que esta partida se reducirá a 22,7 millones. Los números son los que son y no cabe mucho margen de maniobra en las circunstancias actuales. En este capítulo nuestra ciudad no ha salido todo lo bien parada que quisiéramos. Pero no es el único apartado de los PGE en los que Melilla tiene puesta la vista. Hay otras partidas de importancia para la ciudad que deben ser analizadas una a una para luego poder hacer un análisis global.
En cualquier caso, el resultado difícilmente arrojará una cifra positiva. Los melillenses, como el resto de los españoles, sólo podemos aspirar a que el ajuste sea lo más llevadero posible. En ningún sitio vienen bien dadas en esta época de vacas flacas.