Decenas de adolescentes se reúnen durante los días de Feria en el Cargadero y los alrededores de Las Torres para hacer botellón. Otros prefieren empezar por la caseta de Coronita, donde “lo mejor es la música”.
Son adolescentes, tienen de 13 a 17 años y aprovechan que aún no han empezado las clases y que Melilla está en Feria para reunirse cada tarde en el Cargadero y en los alrededores de Las Torres a hacer botellón.
Allí se les puede encontrar charlando con los amigos, bebiendo alguna coca cola, cubata o calimocho, jugando a las cartas...
También los hay, como el grupo formado por África, Helena, Lu, Isabel, Marta, Blanca, Ainhoa y Pablo que prefieren empezar la tarde por la caseta de Coronita, pese a que la entrada cuesta 5 euros (“y hasta 10 si llegas tarde”). Lo hacen porque en esa caseta ponen “buena música”, la que a ellos les gusta: Guille ‘El Invencible’, Juan Magán, Gustavo Lima, Danny Romero o Aitor Galán.
A todos los adolescentes les dejan ir solos a la Feria, aunque los hay que tienen pactada alguna concesión con sus padres: “Un día con la familia y el resto, solos”, cuenta Sara Patricia.
También los hay que sólo pueden quedarse hasta las nueve de la noche y otros como Marina, Esther, Sara Patricia y Tiziano, que suelen recogerse sobre las 3:00 o las 4:00 horas.
No es difícil encontrar en la Feria de Melilla a chavales que vienen de fuera para las fiestas. Es el caso de los hermanos Marta y Pablo Salas, de Granada. “Venimos siempre porque ya tenemos aquí nuestro grupo de amigos”, comentan a El Faro.
Es el mismo caso de Lidia García, que vive en Madrid y este año se va antes de que acabe la Feria porque empieza el instituto: “Si no, me quedaba hasta el final”, confiesa con una sonrisa.
Todos coinciden en que esta Feria es de las chicas: “Somos más”.